SCHLOSS NYMPHENBURG

El Palacio de Nymphenburg es un palacio barroco situado en el distrito del mismo nombre, al oeste de Múnich. Se construyó por iniciativa del príncipe elector Fernando María entre 1664 y 1674 para celebrar el tan esperado nacimiento de su hijo, Max Emmanuel, tras diez años de matrimonio con Henrietta Adelaida de Saboya. Este magnífico edificio blanco fue, hasta su traslado en 1918, la residencia de verano de la dinastía Wittelsbach en una época en la que esta parte de Múnich todavía estaba en el campo. Alrededor del castillo, los edificios semicirculares se utilizaban como alojamiento para los jinetes. Entre los diversos lugares de interés del Palacio de Nymphenburg se encuentra la Steiner Saal (sala de piedra) con sus inolvidables frescos y estucos de Johann Baptist Zimmermann. Una sala que ha permanecido prácticamente inalterada desde 1758. Mira el enorme fresco del techo, que representa un paraíso olímpico. A continuación, la Schönheitengalerie (Galería de las Bellezas) fue diseñada por el rey Luis I para inmortalizar la belleza de las mujeres más atractivas de su época. Estos 36 retratos de mujeres fueron pintados por el pintor de la corte Joseph Karl Stieler. Entre ellos está Lola Montez. Durante dos años, esta bailarina irlandesa fue la amante del rey. Su escandalosa relación fue en parte responsable de los disturbios que condujeron a la revolución de 1848, que le costó el trono al rey. Los apartamentos de la reina Carolina(Appartement der Königin), con su mobiliario original, son emblemáticos del gusto por el estilo Imperio, muy en boga a principios del siglo XIX. En el dormitorio nació el futuro Luis II en 1845. La visita termina con la Schlosskapelle, una capilla construida a partir de 1702 en un estilo barroco que contrasta con las líneas más bien austeras del edificio.

Parque Nymphenburg. Tras la visita al castillo, no te pierdas una vuelta por el jardín. Sólo el jardín merece una visita, con sus fabulosas cascadas, estanques y fuentes de estilo rococó arquetípico bávaro. ¡Una pura maravilla! El parque, tal y como lo conocemos hoy, fue diseñado y rediseñado a principios del siglo XIX tras varios cambios de cara. El elector Max IV Joseph (el futuro rey Max I) encargó a su paisajista que transformara el parque en un jardín paisajístico. Conservó los elementos barrocos (el canal central, los pabellones) y añadió elementos del jardín inglés: arboledas y caminos con un curso más natural.