Es estupendo perderse por las tranquilas calles de Inhambane. La ciudad vive al ritmo de los transbordadores que llegan de Maxixe y parten al otro lado de la bahía. En cuanto aparecen las primeras casas coloniales restauradas, la ciudad adquiere un aspecto chic, con un vasto dominio del blanco y unas avenidas anchas donde la gente no corre. El estilo portugués es omnipresente. La gente parece escasa. Pero, por supuesto, el bullicio no está lejos, en el mercado o en el muelle. Al caer la noche, sobre todo en verano, la ciudad despierta de su larga siesta. Los jóvenes se reúnen, y es en la calle donde todo sucede. La playa es el centro de interés de todos los veraneantes. Las chapas unen la ciudad con los "pueblos": las playas de Tofo y Barra. Sólo hay que subirse y esperar a que se llene para ponerse en marcha. Nosotros preferimos quedarnos en la playa y hacer algunas "incursiones urbanas" para visitar la ciudad, conocer su historia, ir al mercado y sentir el ambiente.

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Fotos e imágenes Inhambane

Dhows traditionnels à Inhambane. Hein Welman - Shutterstock.com
Vente de sarongs sur la plage d'Inhambane. EVistock
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