Guía de viaje Tarrafal – Monte Trigo

Situada al otro lado de la isla, en el suroeste, en la zona árida, Tarrafal está a 1h15 en coche de Porto Novo. Una carretera empedrada recientemente reconstruida conduce a este pueblo aislado en el fin del mundo, un lugar que hay que ganarse. De ahí viene el encanto de este pueblo de pescadores, situado entre una zona muy pesquera y un oasis rebosante de vegetación, muy poco frecuente en la región. Está enclavado al pie de la montaña, frente al mar, lo que le da un caché extra. Protegido del viento por las montañas que lo rodean, este auténtico destino, bordeado por una larga y salvaje playa de arena negra, es un remanso de paz y relajación, donde uno prolongaría con gusto su estancia. Los habitantes, pescadores o agricultores, sencillos y especialmente hospitalarios, viven al ritmo de las olas y las estaciones. Subiendo hacia el norte del pueblo, se llega a Monte Trigo, otro pueblo de pescadores dominado por la montaña más alta de Santo Antão, de origen volcánico, el Tope de Coroa, que culmina a 1979 m de altitud. Entre los muchos paseos que se pueden hacer en esta isla, el que une Tarrafal con Monte Trigo es sin duda un poco difícil pero muy agradable porque sigue la línea de la costa. El reto consiste en recorrer 11 km en poco más de 5 horas, siguiendo un camino pavimentado de principio a fin, empinado en algunos puntos. Al final, hay unas vistas maravillosas de los paisajes volcánicos que prometen poner estrellas en los ojos. Lo mejor es encontrarse con un pescador y volver por mar. Esta es una oportunidad para ver ballenas en su ruta migratoria u otros animales marinos como delfines jugando en la estela de los barcos, si tiene suerte. ¿Y por qué no optar directamente por una sesión de pesca o una excursión marítima de un día entero con un local? Pregunte a los lugareños de uno de los dos pueblos y negocie la excursión, incluyendo una parada para hacer snorkel y bebidas si lo desea. Salir con ellos en sus pesadas y coloridas embarcaciones, con buen humor, será sin duda una aventura memorable. También es una oportunidad para observar aves marinas, como el águila pescadora o los pájaros tropicales de pico rojo, reconocibles por sus gráciles plumas rectales largas y finas. Estar en alta mar también permite apreciar mejor la imponente silueta del Tope de Coroa