Diversión y salidas Salzburgo-Salzburgo

Abierto en 1703, el café Tomaselli ha conservado la tradicional convivencia por la que son conocidos los cafés austriacos. Tiene dos terrazas, una en la primera planta. Es un establecimiento deliciosamente barroco en el que todavía se recorren las mesas para ofrecer a cada uno un pequeño pastelito de una gama que hará girar las cabezas de los gourmets. Hay que decir que todos son muy tentadores. El Café Tomaselli es una visita obligada en Salzburgo. Puedes tomar un café en el mostrador o pasar mucho tiempo allí por el placer...

Este bar se encuentra en el hotel más antiguo de Salzburgo, construido en el centro de la ciudad en 1399, a orillas del río Salzach. Adquirido en 2001 por el empresario Haythem Al Wazzan, fue completamente renovado y modernizado por los arquitectos Michael Strobl y Christian Prasser en 2016 antes de abrir como un magnífico hotel de 4 estrellas en 2017, que desde entonces está bajo la gestión del grupo hotelero Amadeus. El bar de la azotea del hotel ofrece vistas panorámicas y una decoración elegante. ¡Champán! La primera planta también alberga un restaurante gourmet ecológico de moda.

Un establecimiento histórico con encanto. Construido en la década de 1880 en estilo Haussmann, el edificio fue en su día un bazar. El café abrió sus puertas en 1909 y ha acogido a celebridades como Marlene Dietrich, Romy Schneider y Hugo von Hofmannsthal. El amplio salón de techos altos es típico de los elegantes cafés austriacos. Los días de buen tiempo se puede disfrutar de la terraza con vistas a la orilla izquierda y a la fortaleza. Aquí podrá pasar agradables horas leyendo la prensa y soñando despierto mientras observa a los transeúntes...

Todos los días, Mozart cobra vida en la Residencia de Salzburgo, un lugar cargado de historia ya que fue aquí donde el maestro tocó por primera vez para el arzobispo. Allí tendrán lugar dos conciertos, a las 15:00 y a las 17:00 horas. El primero, titulado Residenzconzerte, será interpretado por un solista en una reproducción de un clave de 1769. El músico se centrará, por supuesto, en Mozart, y añadirá varias obras barrocas a su repertorio. La segunda, Mozart Violinsonaten, es interpretada a dúo por un violinista y un pianista, que dan vida con maestría a sus sonatas más bellas.