MUSEO MAYAKOVSKY VLADIMIR
El museo más original, colorido, el menos común de Moscú. Abierto en 1989, ha ganado inmediatamente el favor de los moscovitas y de los turistas extranjeros. En la entrada del museo, el busto de Maïakovski, reciclado como un modelo soviético modelo, traiciona el espíritu del lugar. Una vez subidas las escaleras, llegas al rebote donde, pasando la puerta del apartamento, empieza un buen paseo por la vida y la obra del gran poeta futurista y revolucionario. El museo presenta documentos de archivo, fotos, manuscritos, pinturas de los años 1910-1920, carteles, en un orden cronológico y cuatro plantas de pañuelos prerevolucionarios. Todo ello bien organizado, o bien desorganizado en unos resultados artísticos sorprendentes. La vida caótica y flamenca de Maïakovski está en la forma de ruptura permanente, del caos liberador. Las ventanas, los helados, las líneas y, por supuesto, el orden y el poder están rotos. Hasta la puesta en escena del trágico suicidio de Maïakovski, cuya máscara fúnebre cierra la visita.