CATEDRAL DE CANTERBURY

La Catedral de Canterbury es la sede de la Iglesia Anglicana y es el emblema indiscutible de la ciudad y un centro espiritual para muchos creyentes de todo el mundo. Es uno de los hitos inconfundibles del sur de Inglaterra, que hará las delicias de los amantes de la historia. En el resto del país, sólo unos pocos edificios religiosos pueden presumir de tal renombre, como las catedrales de York, Westminster o San Pablo. La iglesia dedicada a San Agustín, que estaba aquí antes, fue destruida en un incendio en 1067 y el coloso actual fue erigido entre 1070 y 1503. Impresionante, imponente, fascinante, no faltan adjetivos para describir su interés histórico, que se basa en una mezcla de varios estilos arquitectónicos, incluyendo un excelente ejemplo de gótico perpendicular. La cripta románica es el único vestigio que queda del siglo XI y sigue siendo uno de los puntos culminantes de la visita. Fue en los escalones que conducen a ella que el famoso arzobispo Thomas Beckett fue asesinado por los caballeros de Enrique II en 1170. La Catedral de Canterbury también contiene las tumbas de Eduardo, el Príncipe Negro, héroe de la Guerra de los Cien Años, así como las de Enrique IV y Juana de Navarra, coronadas por sus figuras yacentes. No se pierda los frescos de la Capilla de San Gabriel (siglo XII), las vidrieras de la Capilla de la Trinidad que representan la vida de Santo Tomás Beckett (siglo XIII), el reloj del crucero, el mosaico y los escudos curvos del suelo detrás del altar, el claustro y la sala capitular.