TEATRE-MUSEU DALI
El Teatro-Museo, situado justo detrás de la iglesia de Figueres, es la última obra monumental del hombre del bigote puntiagudo
Justo detrás de la iglesia de Figueres se encuentra el elefantiásico Teatro-Museo Dalí, la última obra monumental del hombre del bigote puntiagudo erigida sobre los restos del teatro municipal, una especie de palacio bereber futurista coronado por una ristra de huevos hiperbólicos y misteriosos. Visitarlo -es de hecho la atracción estrella de la ciudad, y las multitudes se agolpan en él- es como ponerse unas gafas distorsionadoras que revelan la absurda belleza del mundo según Dalí, pero también permite apreciar el genio artístico que el hombre demostró a lo largo de su carrera. Instalado desde 1968 en el antiguo teatro municipal, es bastante desconcertante. De acuerdo con los deseos de Dalí, no se da ninguna explicación a los visitantes. El maestro lo definió así: " Este museo no puede considerarse un museo, es un gigantesco objeto surrealista, donde todo es coherente y nada escapa a mi entendimiento. "En la Capilla Sixtina daliniana, se puede apreciar el efecto visual del retrato de Lincoln, el cuadro de Gala mirando al mar y el retrato de Beethoven hecho con tinta de pulpo; en el antiguo parterre del teatro está el Cadillac lluvioso. La estereoscopía permite ver los cuadros en perspectiva. El folleto que se vende en la entrada ayuda a orientarse, pero da pocas explicaciones. El museo ha incorporado recientemente la Torre Galatea, la antigua casa del pintor. Colección de 39 joyas creadas por Dalí entre 1941 y 1970 y exposición permanente de los bocetos y pinturas que contribuyeron a su creación.
Très bien fait.
A faire si vous êtes dans le coin.
Pensez à réserver votre entrée.
Le musée est surprenant mais nous fait baigner dans les pensées de l'artiste.
A noter les différentes oeuvres extérieures dans les rues :)
A l’arrivée dans la ville, on se retrouve face à cette architecture étonnante et mystérieuse. A l’intérieur, On est comme happé dans les pensées de l’artiste. Le musée est excellent !
Petit bémol, trop d’escaliers et pas d’ascenceur pour les PMR qui restent frustrés de ne pas pouvoir se promener à leur guise.