EL PALAIS

Cubre una superficie de 135 m de 130 m, dimensiones muy amplias para la edad del bronce. Se compone de tres salas, una de ellas destinada al trono y la otra al templo, y la tercera era una sala de espera. Está rodeado de dos hileras de murallas. La entrada del palacio se realiza por una puerta minúscula, que no hace más que reforzar la sensación de inmensidad de las salas en las que se desemboca. Todavía se pueden ver las huellas de las columnas de madera que apoyaban el techo, así como el principio de los ángulos salientes utilizados con fines decorativos (un principio arquitectónico que encontramos en Creta). Esta técnica estaba aparentemente reservada a los edificios administrativos y religiosos. El suelo y las paredes estaban recubiertos de alabastro, de los que se pueden ver algunos residuos.

La sala del trono dispone de una pequeña plataforma que la sobrealza con respecto a la sala de espera. La base de una columna de mármol sigue siendo visible entre las dos salas. Probablemente los dos grandes nichos a ambos lados del trono estaban destinados a albergar estatuas de dioses, aunque no se encontró ninguna estatua en el sitio.