Guía de viaje Ishkashim

Sólo hay un paso fronterizo con los vecinos de Afganistán en Ishkashim: un pequeño pueblo remoto donde los hombres inactivos caminan por la hermosa calle principal bordeada por una doble hilera de álamos altos o se encuentran en la plaza para hablar o soñar despiertos, sin actividad desde que se cerró el puente entre Afganistán y Tayikistán, y con él el mercado afgano que concentraba la mayor parte de la actividad local. En teoría, los turistas pueden cruzar la frontera si todos los visados están en regla, pero puede ser prudente comprobar la información en Khorog con el consulado afgano, ya que las cosas cambian rápidamente.En Kaarkha Kala, Iamtchoun, Ratm, se encuentran las ruinas de las ciudadelas que controlaban una de las principales rutas de la seda, la que una vez conectó el kanato de Bukhara, los valles afganos y China. Durante 2000 años, invasores, comerciantes, aventureros, espías o misioneros se han cruzado por allí. En su camino a Kashgar, Marco Polo la siguió y se maravilló de la riqueza de las montañas "Balacianas", llenas de piedras preciosas.Aún hoy, como en los días del peregrino chino o del famoso veneciano, esta ruta aparentemente somnolienta sigue siendo el paso obligado de todo tipo de negocios. Durante la era Kushan, las caravanas comerciales, que venían de Afganistán y se dirigían hacia el sur y entraban en el valle de Wakhan, cruzaban el río Pyanj en Dorkicht, donde había un caravasar rodeado de murallas fortificadas y torretas.