SCUOLA GRANDE DI SAN ROCCO
Scuola construida en 1516, decorada con frescos (paredes y techos) de Tintoretto y otros.
La Scuola Grande di San Rocco, sede de los devotos de San Roque, protector de las víctimas de la peste, fue construida en 1516, según un proyecto de Bartolomeo Bon. Las obras fueron realizadas por varios arquitectos hasta finales del siglo XVI. La estructura del interior es típica de las scuole venecianas : algunos espacios están reservados a las reuniones de la cofradía, mientras que otros son para el culto. Las paredes y los techos de la planta superior están completamente cubiertos de pinturas de Tintoretto. Miembro de la Scuola, Tintoretto decoró sucesivamente la sala pequeña del Albergo, la sala superior y la sala inferior entre 1564 y 1587. De hecho, en 1564 la Scuola convocó un concurso para elegir al pintor que decoraría el techo de la Sala dell'Albergo. Tintoretto, cogiendo desprevenidos a sus competidores, instaló su cuadro en el lugar y, siendo miembro de la cofradía, lo ofreció a San Rocco. Ganó el encargo y durante 23 años adornó las paredes y los techos del edificio con obras que atestiguan su maestría en el uso del color y la luz. Por último, la Scuola también alberga obras de otros pintores como Giorgione, Tiepolo y Tiziano, así como esculturas de Francesco Pianta (siglo XVII), cada una más impresionante que la anterior.
Consejo inteligente: para admirar mejor los techos, coja un espejo a la entrada de la sala superior y muévase mientras contempla estas obras maestras reflejadas
Quand vous êtes au premier étage, dans cette grande magnifique salle toute recouverte de peintures, prenez un miroir (il y en a plusieurs en libre-service au fond de la salle, et promenez-vous, très lentement, dans la salle avec le miroir dans les mains pour admirer le plafond. C'est une expérience qui va vous rester dans les yeux et dans le cœur. Et non, ce n'est pas la même chose si vous juste levez le nez (et les yeux) vers le plafond. Je ne sais pas pourquoi, mais c'est à travers le miroir qu'on découvre vraiment la magnificence de ce plafond à couper la souffle.
La visite est assez adaptée aux enfants aussi, car elle assez rapide, il n'y a pas de long queue d'attente (ce qui fait une grande différence quand on voyage avec des enfants et même des ados), et le miroir (s'ils ne sont pas trop petits) va les occuper un peu ;-)