BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE LA SALUTACIÓN
Una notable basílica barroca, uno de los monumentos más emblemáticos de Venecia.
Uno de los símbolos de Venecia es la silueta de la Salute, que se reconoce desde lejos, desde el mar abierto, gracias a su gran cúpula coronada por la estatua de la Virgen, y a sus poderosos contrafuertes en voluta. Situado en la entrada sur del Gran Canal, fue construido por Baldassarre Longhena y sus alumnos entre 1631 y 1687 (Longhena murió en 1682). La basílica requirió la demolición de un espacio ya habitado. se tardó 56 años en construir la basílica para dar gracias a la Virgen María por haber liberado a la ciudad de la terrible peste de 1630. Desde entonces, el día de la Presentación de María en el templo, cada 21 de noviembre, la iglesia se ha convertido en un lugar de peregrinación para toda la población. Ese día se organiza un puente de barcas en el Gran Canal, que permite a la multitud de fieles llegar a pie a la iglesia y encender una vela.
Se dice que originalmente se necesitaron 1.556.627 postes de madera para sostener esta imponente iglesia barroca... Construida con piedra blanca de Istria en forma de corona octogonal, la basílica está enriquecida por una cúpula colosal, cuya cima está rematada por una estatua de la Virgen María que sostiene un bastón de "capitán de mar". Una segunda cúpula está coronada por la efigie de San Marcos. El exterior está esculpido con motivos relacionados con la Virgen y su misión como protectora de la ciudad, mientras que el interior, amplio y luminoso, está montado en piedra gris florentina y sostenido por columnas palladianas. La suave luz que penetra en las aberturas realza delicadamente el tono del mármol del pavimento policromado. Una sucesión de arcos dirige la mirada del visitante hacia el altar mayor, esculpido por Juste le Court. Encima está el icono de la Virgen de la Salvación, que se dice que fue pintado por San Lucas. Se trata de una Virgen negra sobre fondo de plata, conocida como la Mesopanditissa (Mediadora de la Paz), traída de Creta en 1670 por Francesco Morosini, que posteriormente ocupó el cargo de Dux.
La iglesia está enriquecida con hermosas obras de Bartolomeo Bon y Pietro Lombardo. Las pinturas de la sacristía son especialmente interesantes: hay varios cuadros de Tiziano (en el techo) y de Tintoretto, entre ellos Las bodas de Caná (fíjate en el primer apóstol de la izquierda, ¡es el propio Tintoretto!). Igualmente admirables son las obras de Palma il Giovane(Sansón y el profeta Jonás) y varios iconos greco-bizantinos.