Guía de viaje Medan

Es la mayor ciudad de Sumatra (más de dos millones y medio de habitantes) y la tercera metrópolis de Indonesia, tras Yakarta y Surabaya. Medan es una megalópolis sucia, ruidosa, asfixiante y anárquica; muy indonesia, a pesar de todos los vestigios de la época colonial. El nombre de la ciudad es sinónimo de "campo de batalla", ya que en la llanura de Medan se enfrentaban regularmente los ejércitos de los sultanes de Aceh y Deli. Deli empezó a desarrollarse con la llegada de los holandeses. Un plantador llamado Nienhuys introdujo el tabaco en 1865. Esta rica llanura se convirtió entonces en un importante centro de producción agrícola. Si a esto se añade la excepcional fachada marítima del estrecho de Malaca, es fácil comprender por qué los holandeses decidieron instalar en Medan la sede de la Compañía de Tabaco en 1887.En la actualidad, Medan es una de las ciudades más multirraciales de Indonesia. Alberga grandes minorías de indios, chinos, árabes, malayos, javaneses y bataks, así como expatriados japoneses y europeos. Económicamente, Medan es la hermana pequeña de Yakarta, con bancos, industrias y plantaciones de café, cacao, caucho y tabaco en los alrededores. El resultado es un alto nivel de vida y una actividad febril. La principal arteria de Medan es Jalan Ahmad Yani, que cruza la ciudad de norte a sur.Tiene un interés turístico limitado. Como muchas ciudades indonesias, lleva tiempo enamorarse de ella. Sin embargo, con sus centros comerciales, agencias de viajes y moderno aeropuerto, es una parada inevitable cuando se planea un viaje a la región. Las calles de Medan son muy parecidas a las de Yakarta: petardean, echan humo, pitan, chillan, no huelen muy bien y nunca paran. Para el caminante, no hay aceras, sólo agujeros, charcos, puestos callejeros, coches aparcados al azar y trozos de metal que sobresalen por todas partes, amenazando con sacarte un ojo o dejarte lisiado. En resumen, Medan no está hecha para los peatones. Prueba de ello es lo difícil que resulta cruzar una calle principal. Unos pocos semáforos hacen poco por aliviar esta caótica situación.