KUBURAN BATU LEMO
Cómo llegar y contactar
Kuburan Batu Lemo, un patrimonio artístico y cultural que ofrece una visión única de las creencias y prácticas del pueblo toraja.
Los toraja perpetúan una singular tradición mediante efigies funerarias, conocidas como Tau-Tau. Tras la muerte de una persona eminente, un escultor talla minuciosamente una cabeza de madera, generalmente de algarrobo o de jackfruit. Esta cabeza se fija a una caña de bambú a la que se sujetan dos barras que forman el esqueleto de los hombros y la cintura.
El maniquí así creado se envuelve luego en varios trozos de tela, y a continuación se viste con las ropas del difunto. Algunas efigies revelan una notable delicadeza escultórica, resultado de la técnica primitiva de fabricación de Tau-Tau, en la que la cabeza-tronco y los brazos se tallaban a partir de un bloque, mientras que la pelvis y las piernas se tallaban a partir de otro. A continuación se unían los antebrazos y las manos y se aseguraban con clavijas.
Una vez terminado el vendaje, el maniquí se colocaba cerca de la casa donde yacía el cuerpo del difunto. A continuación, una serie de complejos rituales, orquestados por varios intercesores, marcan el inicio de la veneración de la efigie. Los lamentos de las mujeres rodean el tau-tau, seguidos de la evocación de la genealogía y la historia de los antepasados. A continuación, se desviste al maniquí y se coloca su cabeza en el desván para favorecer la cosecha. Al día siguiente, durante una larga ceremonia, el cuerpo del difunto y su efigie son transportados a la tumba, que suele estar situada en lo alto, o incluso en la ladera de una montaña, o en una casa dedicada a ello. Incluso hoy, en Lemo y Londa, el acantilado alberga un cementerio escalonado donde las tumbas de los nobles más nobles se elevan hasta la cima.
Entre los toraja, el tau-tau tiene un estatus especial, tanto como el propio muerto. Se le adorna, cuida, llora y transporta, y también recibe ofrendas. Sencillamente, se le venera. Su función principal y esencial es velar por los vivos, ayudando a mantener su salud y asegurando una conexión espiritual permanente con los antepasados. Este patrimonio artístico y cultural ofrece una visión única de las creencias y prácticas de los toraja.
Desde la década de 1980, los Tau-Tau se han hecho cada vez más populares en el mercado internacional del arte, obligando a muchos aldeanos a esconder las figuras ancestrales para protegerlas del robo y la venta como objetos de arte tradicional. El saqueo de tumbas y la creciente influencia del turismo han tenido un impacto significativo en las tradiciones funerarias de la cultura Toraja.