LES TISSERANDS DE GBOMIZAMBO
Este pueblo, cuya principal actividad de sus habitantes es la tejeduría, es una historia de éxito comercial que se extiende más allá de la región.
El arte de tejer entre los baoule estaba tradicionalmente reservado a los viejos padres y la confección de telas se limitaba al uso personal. Sin embargo, se ha transmitido de padres a hijos en Bomizambo y en las aldeas tejedoras de los alrededores (a unos 30 km de Yamoussoukro, en la carretera de Bouaké), hasta convertirse en la actividad principal de sus habitantes. Es un verdadero éxito comercial que va más allá de la región: estos taparrabos son muy famosos por la calidad de sus finísimos hilos de algodón, seda o poliéster, sus sutiles dibujos y su tejido a mano. Sólo a los hombres se les enseña durante 7 años a dominar esta técnica ancestral. Con sus escaparates en las carreteras, los tejedores exhiben sus creaciones por doquier para tentar al turista que escudriña a través de la ventanilla de su coche en busca de piezas que puedan interesarle. Hay una señalización de la cooperativa y un mercado donde la oferta de taparrabos es amplia. En efecto, sería una pena no detenerse a hacer unas compras. Los llevan tanto los hombres como las mujeres para todo tipo de ceremonias, pero los diseños y colores difieren. Los taparrabos de las mujeres miden 90 cm de largo y constan de 20 tiras tejidas y unidas, mientras que los de los hombres son mucho más grandes. No dude en invertir en hermosos regalos para usted y sus seres queridos, ya que estará animando a estos tejedores que tardan varios días en hacer cada pieza.