¡Ayoka! Situada en la costa a poco menos de 300 km de Abiyán, la ciudad de Sassandra goza de un marco natural incomparable: las plantaciones de cacao, palma aceitera, coco y limón se asientan junto a enclaves de bosque primario y paisajes de manglares, mientras que, lejos de los secretos de los manglares, el río y sus islas se unen a una serie de playas lo suficientemente resguardadas de la barra como para permitir un baño seguro. Con su exuberante interior, sus aldeas de pescadores tradicionales, sus reliquias coloniales y sus escapadas por las colinas, Sassandra es sin duda una de las escalas más bellas y auténticas de Costa de Marfil, salvada del turismo desenfrenado y de la urbanización gracias a su terreno accidentado y a las sinuosas pistas que la protegen celosamente de las multitudes. Sassandra aparece hoy como un destino turístico excepcional por su conservación y aún más confidencial por su difícil acceso. Desde las colinas que la rodean, se disfruta de una magnífica vista de la bahía, enclavada entre la península boscosa que marca la mitad de la ría y el acantilado suavemente inclinado que parece vigilar la miríada de piraguas multicolores de los pescadores que salen a desafiar las olas más allá de las rocas En los alrededores, la costa, azotada por un fuerte oleaje, es rocosa y dentada, y ofrece una cadena de encantadoras playas enroscadas en una constelación de pequeñas bahías, de difícil acceso y poco o nada desarrolladas. Ménéké, Walé, Boubélé, Barélébré, Niezeko, Lagnega, Latéko, Tolou... Todos ellos están situados en pequeños arroyos respaldados por un denso muro de vegetación. A unos diez kilómetros al este de Sassandra se encuentran dos magníficas playas salvajes, Gode y Pauly Plage, cada una con un interesante campamento

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Fotos e imágenes Sassandra

Bateaux de pêche sur la plage de Sassandra. Sophie Mahdavi - Shutterstock.com
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