MUNDO FERRARI
Cómo llegar y contactar
La montaña rusa más rápida del mundo... Sensaciones fuertes garantizadas. Una gran actividad para descubrir en familia.
Desde su lejana nebulosa, los neptunianos seguramente observan con envidia la foca carmín clavada en el desierto, su perfil nervioso, poderoso como el chasis del GT del que toma su diseño. Por cierto, habrá visto este logotipo de 65 metros pegado a una suspensión de vidrio y acero de más de 700 metros de diámetro, el techo de Ferrari World, el mayor parque cubierto del mundo, un templo de 86.000 metros cuadrados que celebra el color y el rojo, el rugido, el brillo y el prestigio de la marca de automóviles más deseada del mundo. Nada más entrar, los motores rugen por los altavoces, te sientes bien. El parque está dirigido principalmente a los adolescentes. Los pequeños recorren el circuito en moto, los medianos tienen su primera emoción conduciendo por un V12 gigante, los grandes con estómagos de hormigón se inyectan 3,8G y todos van a ver la hermosa colección de modelos históricos. Pero nada más abrirse, dos atracciones cobraron protagonismo... El Scuderia Challenge, un simulador profesional que te pone en el asiento de un coche de F1 o GT y te sitúa en el circuito de Yas; para esta experiencia con coste adicional, te aconsejamos que reserves tu plaza en el stand correspondiente nada más entrar en el parque, ¡ya que la espera puede ser de hasta 4 horas! Por último, el último grial del parque, puedes elegir entre :
Fórmula Rossa. La montaña rusa más rápida del mundo, que además requerirá una espera de hasta 90 minutos en las noches de mayor afluencia, de ahí el éxito de los costosos billetes para romper la cola. Las cifras: un motor de 20.800 caballos de potencia impulsa a 16 pasajeros en una montaña rusa de 2 km que comienza con una línea recta a 240 km/h (¡de 0 a 100 en 2 segundos!) interrumpida inmediatamente (1,7 G) por una empinada subida de 52 m de altura y seguida de giros de 70°. Los dos pasajeros de la primera fila van equipados con unas gafas especiales porque nadie quería sacar la cabeza por la ventanilla a 240
Flying Aces. Una atracción del parque que ostenta tres récords mundiales. Su ambición es reproducir las mismas sensaciones que al volar en un biplano, un avión utilizado principalmente durante la Primera Guerra Mundial y reconocible por sus alas superpuestas. El recorrido dura 135 segundos y te lleva a velocidades de 120 km/h. A dos giros y cinco vueltas rápidas le sigue el ascensor más rápido y empinado del mundo (51 grados), seguido de una vertiginosa caída y un bucle giratorio desde una altura de 52 m, la más alta jamás construida, la altura de un edificio de diecisiete pisos.
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