A 1.200 m de altitud, la meseta de Padiș es un paraje extraordinario, un lugar para practicar senderismo entre fabulosas formaciones kársticas, cuevas y ríos subterráneos, simas salvajes, cascadas y saltos de agua, etc. Entre los fenómenos kársticos más espectaculares están las gargantas de Someș Cald, los cañones de Valea Galbenei y Valea Boga y las impresionantes Ciudadelas de Ponor (Cetățile Ponorului). La región es también una delicia para los espeleólogos, con una treintena de cuevas, entre las que destacan Peștera Ghețarul de la Focul Viu, ŞȘura Boghii, Padiș, Căput, Valea Galbenei Cave y Piatra Altarului. En esta zona protegida, que forma parte del Parque Natural de las Montañas Apuseni, los animales salvajes campan a sus anchas. Si tiene suerte, podrá ver ciervos, jabalíes, zorros, gallos y ardillas, mientras que los ríos que atraviesan la meseta están repletos de truchas. Al atardecer se produce un fenómeno específico: se trata de la niebla de Padiș, resultado de la mezcla de aire frío con el aire caliente acumulado durante el día en las dolinas.

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