PLAZA RAHBA KEDIMA
Una pequeña plaza con puestos de boticarios, que ofrece una parada turística obligada en el itinerario del zoco
Uno de los lugares más pintorescos de la medina. Es en esta pequeña plaza al aire libre, perdida en medio del zoco, donde, hasta 1920, acudían personas de los alrededores para vender trigo, maíz y cebada del cercano valle de Ourika. Y lo que es más sorprendente, hasta entonces también se vendían esclavos allí... en subasta. Hoy en día, Rahba-Kedima es una parada turística ineludible en el recorrido de los zocos (permite, en particular, unir el zoco con las alfombras y su subasta bereber): es allí donde, en medio de los numerosos objetos de mimbre (cestas, canastos) se venden especias y productos naturales, en particular la henna, que se utiliza para teñir y fortalecer el cabello, así como el kohl, maquillaje negro del que se dice que previene las oftalmias. En torno a esta plaza se sitúan también los puestos de los boticarios. Proveedores de hechiceros y otros curanderos, los boticarios son muy respetados por los marrakchis, grandes amantes de los productos con propiedades curativas. Estos farmacéuticos de otro tipo detallan sus hierbas con atención y meticulosidad a los turistas de ébano frente a los puestos forrados de raíces biscornas o animales extraños. Además, estos últimos también están presentes además de secos en un tarro: una tortuga o un simpático camaleón pueden hacerte rajar, pero ¡cuidado con las costumbres! Incluso hoy, cuando la medicina moderna falla, no es raro recurrir a sus plantas mágicas. Las prácticas tradicionales lo tienen difícil.