Guía de viaje Aquisgrán

Esta ciudad estudiantil, con su centro histórico bien conservado y sus prestigiosos orígenes, esconde verdaderos tesoros... Con casi 260.000 habitantes, Aquisgrán es la ciudad más grande del noroeste de Renania del Norte-Westfalia. Pocas ciudades alemanas pueden presumir de una situación tan céntrica en Europa, ya que limita con los Países Bajos y Bélgica. Su nombre francés recuerda la Pfalzkapelle de Carlomagno (Carlus Magnus en latín, Karl der Grosse -o Karl der Große- en alemán), que eligió esta ciudad como capital. Esta pequeña ciudad galo-romana pasó a ser franca y se convirtió en el símbolo del Imperio de Occidente. Todavía pueden verse elementos de este esplendor carolingio en la soberbia catedral, que contiene la tumba de Carlomagno. Es la catedral más antigua del norte de Europa y está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad histórica, tal y como la vemos hoy, se configuró desde el Barroco hasta el siglo XX, y sufrió los estragos de un gran incendio en 1656. También sufrió graves daños por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero fue hábilmente reconstruida. Los legendarios manantiales de Aix siguen siendo la base de su prestigio; fueron ellos los que atrajeron a los romanos, que convirtieron la zona en una ciudad balneario. Son las más calientes de Europa Central (73 °C). Carlomagno y Casanova, así como muchas cabezas coronadas, se bañaron aquí... La masiva industrialización de los alrededores de la ciudad y la explotación de las cercanas minas de carbón no han frenado las idas y venidas de visitantes de balnearios, que siguen haciendo de la antigua capital franca una popular estación balnearia (sin el garbo de Baden-Baden). Con su animada vida universitaria, cultural, musical y deportiva, Aquisgrán es una ciudad encantadora con un atractivo centro histórico que bien merece una visita.