RESIDENZSCHLOSS - RESIDENCIA CASTILLO

La residencia de los príncipes-electores (de 1547 a 1806) y de los reyes de Sajonia (de 1806 a 1918) es uno de los edificios más antiguos de Dresde. Sus cimientos se remontan al siglo XIII y sus múltiples transformaciones la convierten en uno de los monumentos más interesantes de la ciudad desde el punto de vista arquitectónico, ya que cada época, desde el Renacimiento hasta nuestros días, pasando por el Barroco y el historicismo del siglo XIX, ha dejado su huella. Los bombardeos de los aliados en febrero de 1945 sólo dejaron intacto un trozo del techo del castillo. Su reconstrucción fue por lo tanto muy larga: el castillo fue inaugurado de nuevo en 2006 (es el último de los grandes monumentos rehabilitados). Hoy en día, alberga muchos museos famosos en sus prestigiosas y magníficamente reconstruidas salas: el Kupferstichkabinett, el Türckische Cammer, el Voûte Verte (Grünes Gewolbe) y el Münzkabinett pero también la Bibliothèque des Arts (Kunstbibliothek).

El patio del castillo, dedicado a la acogida de los visitantes, destaca por su cubierta, una membrana transparente de 265 cojines neumáticos, creada por el arquitecto Peter Kulka en 2009, que se integra armoniosamente en la fachada renacentista protegiendo al mismo tiempo a los turistas de los elementos. En el castillo también se encuentra la escalera inglesa, reservada para la familia real y sus invitados, construida en 1692 por Johann Georg Starcke y Christoph Beyer, y reconstruida en 1719 por Pöppelmann, el arquitecto barroco, después de que esta escalera fuera destruida por el fuego. En su camino de un museo a otro, probablemente pasará por la Galería de los Príncipes (Fürstengalerie), que muestra los retratos y bustos de los príncipes electores de Sajonia. La capilla del castillo (Schlosskapelle), que data del siglo XVI, posee una excepcional bóveda de piedra arenisca, cuyos nervios forman ocho flores gigantescas. Esta estructura única había sido desmantelada en el siglo XVIII, cuando la capilla luterana perdió su significado religioso tras la conversión de Augusto el Fuerte al catolicismo.

Para visitar el castillo, tendrá que comprar un billete para uno de los museos que alberga, o hacer una visita guiada.