LA KAABA DE ZOROASTRO (KABE-YE ZARDUSH O KABA-YE ZARTUST)
Cómo llegar y contactar
Frente a estas tumbas, se levanta un edificio cuadrado, a medio enterrado. Los historiadores dudan en pronunciarse sobre la función del edificio: una torre del fuego aquiemoide, un escritor para el Avesta, el libro sagrado del zoroastrismo, una morgue para momificar a los reyes, una habitación de guardián de las tumbas… la hipótesis más plausible sería la de un templo que alberga el fuego sagrado de los Achemnides.
Un poco más lejos, al bordear el acantilado, hay antiguos ossuarios zoroastrianos, excavados en la ladera de la montaña. Los zoroastriens nunca expusieron a sus muertos en la tierra, considerada sagrada como el fuego y el agua, pero colocaban a estos últimos en una roca dura… Este ritual, contrariamente a la práctica de la incineración, habitual en la India antigua y moderna, tenía por objeto preservar el medio ambiente de todo contacto con la impureza de una carroza. Una práctica que quizás explique la construcción de tumbas inaccesibles excavadas en la roca, así como en los reyes noruegos.
Véase también en el extremo del acantilado, un primer relieve relieve sassanido que retransmite la investidura del primer rey sassanide Ardachir I (224-241 apr. J.C.). A caballo, recibe la corona de la mano de Ahura Mazda, también representada en su montura. Bajo los dedos de sus caballos respectivos sus enemigos, Artter V, último rey parthe, y Ahriman, el dios del mal, están pisoteados.
El segundo bajo relieve evoca un rey sassanido, Bahram II (276-293 APR. J.C., rodeado de miembros de su familia y dignatarios. Este bajo relieve, de gran valor, recubre un grabado enlamado mucho más antiguo, de los que sólo quedan los dos personajes. Se trata de una de las pocas representaciones ebrias, que se remontan aproximadamente al siglo VII en el siglo VII antes de nuestra era.