Este es un triste ejemplo de una zona geográfica particularmente hermosa que ha sido desfigurada por la inversión y el desarrollo del turismo. Fue durante el decenio de 1850 cuando el fotógrafo H. H. Bennett, habiendo dejado su Canadá natal, llegó a Kilbourn (entonces llamado Wisconsin Dells). Anunciaba tan bien la zona, cruzada por el río Wisconsin y plagada de formaciones geológicas únicas, que pronto las multitudes acudieron en masa a la zona. Se organizaron cruceros en el río, y la región se desarrolló rápidamente. La construcción de una presa trajo la electricidad, y con la electricidad llegaron los aserraderos y el desarrollo del empleo en la zona. Pronto los hoteles se convirtieron en parte del paisaje. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Dells se transformaron gradualmente en lo que son hoy en día: un enorme centro de parques de atracciones, la Las Vegas de los complejos acuáticos, la Meca de los toboganes de agua, piscinas de olas y tumbonas alineadas en terrazas a pleno sol. Tal ganancia turística ha atraído inevitablemente a cientos de pequeños restaurantes, señalando su presencia mucho antes de la entrada a la ciudad con carteles de colores brillantes. En el propio Wisconsin Dells, el ojo se ve atraído por miles de signos, señales, signos de todo tipo. Lo habrán comprendido, no es el lugar ideal para unas vacaciones tranquilas, relajadas y cercanas a la naturaleza, pero para los niños es un verdadero paraíso

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