Guía de viaje Djambala

Djambala es la capital de la región de Plateaux. De hecho, es una polvorienta ciudad mercado más allá de la sabana, el centro del poder local y la penúltima ciudad accesible sin un 4x4. La pequeña ciudad se extiende de parcela en parcela, a menudo construida con ladrillos de barro sobre armazones de madera. Algunas cosas destacan en este paisaje adormecido: las inmensas casas (de cemento) construidas por los dignatarios del régimen que proceden del pueblo o de la región, una prefectura que se asoma a un escenario teatral desierto construido bajo el sistema de partido único, y las grandes antenas del operador MTN instaladas en el centro de la ciudad. Está, por supuesto, la inevitable nganda, propiedad de un ministro, donde se encuentran todos los jóvenes de Djambal los fines de semana. Y, sin embargo, aquí también se respira la esencia del Congo: la única carretera que lleva a Lékana es un desfile donde se reúne todo el pueblo. Sobre este asfalto, la gente come kebabs, baila los sábados por la noche, se observa e intercambia las últimas noticias. Por último, Djambala es el pueblo de las innumerables luciérnagas que iluminan el verdor entre las parcelas. Como el turismo escasea aquí, se llega con cortés asombro. Los hosteleros locales, que regentan los negocios de los propietarios que viven en Brazzaville, están más acostumbrados a ver una clientela de paso. Para salir de Djambala, una hermosa carretera recta desde Lékana se adentra en un soberbio valle. Más allá, el viaje se vuelve más incierto, pero es posible bajar al Grand Niari sin pasar por el Pool.