A primera vista, Brazzaville es poco impresionante. Sin embargo, a la vez que la frecuentan, es una capital deliciosa, con encanto casi retro: anchas avenidas, delicadeza de los antiguos mangos de los barrios burgueses, el río majestuoso, algunas grandes torres coloniales decoditas, que hablan de un tiempo ya lejano; la amabilidad de las personas, sobre todo su cortesía a cualquier prueba con una elegancia toda parisina, hasta las callejuelas pantanosas, en las que uno se hunde, la temporada de lluvias venidas hasta las rodillas. Aquí hay una suave vida, y Brazzaville sorprende. Su vegetación densa y salvaje contrasta con sus jardines públicos tallados en la cordée, sus plataneros, mangos y palmeras opulentas plantados en las parcelas -la propiedad- contrastan con sus callejuelas de tierra arenosa, casi grises. De «Brazza la verde», que sigue siendo, se convierte en «Brazza la moderna»: grandes edificios de cristal espejo, construcciones permanentes, obras de acondicionamiento y esfuerzos de saneamiento dibujando la ciudad del mañana.Pero que esta sensación general no le haga olvidar la realidad congoleña: Cortes de electricidad incesantes, barrios en los que el agua llega mal, mercados cosechados, pequeños comercios de calles, callejuelas sueltas y caminos desenfrenados, sobre todo en los distritos alejados del centro de la ciudad, nubes de taxis verdes y blancos, tan numerosos que se preguntan si hay suficiente Brazzavillois para conducirlos - o para tomarlos. -veladas mortuarias en las que cantan y percuten toda la noche, limpieza metódica de la parcela de buena mañana, antes de que el calor no sea acallable, cordero religioso, escoja las sillas de plástico de la calle a casa para tomar el fresco, grupos de niños con uniformes que vienen a la escuela. Desenreda, combina, valor, incertidumbre del día siguiente, reciclaje infinito de todo lo que está roto o fallido, salida del fin de semana, diciendo que, si se hubiera caído el salario de hace tres meses, se podría divertirse más, pero, de todos modos, se hará todo lo posible para divertirse… En cualquier caso, rara vez se está hasta el punto de no poder informar al mundelado, el Blanco, perdido en el laberinto de callejuelas de su barrio y discutir un momento con él…

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Fotos e imágenes Brazzaville

La Tour Nabemba à Brazzaville. Florence Danner
Fillette contemplant Kinshasa. Stéphane DAMANT
Étal de mobokes, papillottes de feuilles sauvages. Stéphane DAMANT
Piroguiers et pêcheurs sur les rives du fleuve Congo. Stéphane DAMANT
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