CHEZ PATOU
Patou, el jefe vivió mucho tiempo con su esposa en Bruselas. Se enamoró de las patatas fritas en la capital belga y ha traído de su viaje variedades sabrosas de patatas. Una vez de vuelta en su ciudad natal, los cultivó con amor y hoy no han terminado de sorprender a los visitantes de paso en su restaurante. Además de las patatas fritas, Patou prepara buenas hamburguesas, pescado fresco y comida criolla. La cocina es de calidad y el servicio rápido. La sala de la planta baja de una antigua tienda está limpia, limpia y bien distribuida. Las pinturas murales son interesantes y la decoración está inspirada en Europa y en el Caribe. Por último, aquí es donde podrás degustar los mejores helados de la ciudad. Lugar de encuentro de los expatriados. Un buen lugar.