KINAM
A dos pasos de todas las tiendas y restaurantes, es el hotel ideal para que no tenga vehículo. Construida en estilo gingerbread, la antigua parte del hotel despliega sus ventas de madera tallada alrededor de la piscina, mientras que la nueva ala, más amplia que la primera, se alza en varias plantas y propone café, restaurante, bar lounge y bar de vinos. La alianza entre la auténtica arquitectura haitiana y los estándares internacionales está lograda. El trato es agradable y agradable, el desayuno que se toma alrededor de la piscina es un auténtico delial (con pequeños cruasanes y panes de chocolate) y las habitaciones son cómodas, muy bien decoradas y tienen sello. Una opción recomendada tanto por la calidad de sus servicios como por su ubicación.