HOTEL OLOFFSON
Es cierto que no está tan bien equipado como el Plaza. Es cierto que en caso de lluvia, el techo está limitado. Es cierto que la pintura se escupe aquí y allá, pero es un hotel de bohemios, con un encanto anticuado incomparable. El Oloffson, construido a finales del siglo XIX, de estilo victoriano, es único. Inmortalizado por Graham Greene recibió a todas las personalidades más grandes de la isla (Mick Jagger, Van Damme, Bill Clinton…). El edificio espléndido fue primero un hospital, antes de convertirse en el único hotel de lujo de Port Príncipe. Hoy sigue siendo la ineludible dirección en la ciudad, la que enseguida fascina al visitante. Las paredes son un auténtico himno del arte haitiano cuya arquitectura ofrece un viaje en el tiempo. Es imposible estar en la capital sin pasar al menos una vez por este lugar mítico. Las prestaciones en habitaciones no son irreprochables, por desgracia, pero son cómodas y funcionales. Además, todas ellas tienen una parte de magia. El personal acostumbrado a la clientela internacional es eficaz y agradable. El menú es sencillo, pero el servicio es rápido y la comida es bastante buena. Dispone de un servicio de lavandería barato y una pequeña tienda permite hacer compras de última hora. Por último, todos los jueves el grupo del hotel, RAM, pone fuego en la escena.
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