NUKKAD GUESTHOUSE

Raju y su familia están cuidando de sus clientes. ¿Se pintó la casa de rosa para marcarla en la estrecha hilera de viejas marismas del vecindario? En cualquier caso, las habitaciones son limpias y cómodas. Con su ambiente relajado, esta casa de huéspedes es a menudo víctima de su propio éxito. El restaurante de la azotea protegida ofrece el mismo menú que la mayoría de los hoteles de esta categoría. El pequeño extra es, sin duda, la clase de yoga (por donación) que se da todas las mañanas en el tejado. No hay mejor manera de empezar el día..