MANSINGH PALACE

El único hotel verdaderamente lujoso de la ciudad, los precios van de la mano. El personal es profesional, el lugar está bien cuidado. Las habitaciones están acondicionadas según el concepto familiar. Son amplias y cuentan con varias camas con aire acondicionado y TV. El restaurante goza de una agradable vista al jardín. En el menú se sirven platos continentales, chinos e indios; cada noche, un espectáculo de danzas tradicionales animan el restaurante. El bar del hotel cierra a las h. El conjunto es demasiado impersonal y carece de calor.