TUMBA DE NIZAMUDDIN
La Tumba, cuyo complejo forma una ciudad dentro de la ciudad de Delhi con hoteles y puestos de recuerdos, es el lugar ideal para visitar un jueves.
El humanismo de las enseñanzas del santo sufí Hazrat Nizamuddin Auliya ha sobrevivido a los siglos y muchos peregrinos acuden a visitar su tumba. Murió en 1325, pero su mausoleo data de 1562. El complejo de su tumba es una ciudad dentro de una ciudad con muchos restaurantes, pequeños hoteles para peregrinos y tiendas de recuerdos. El bullicio es constante en este enclave musulmán. Alrededor de la tumba, todas las creencias están representadas como signo de tolerancia. De hecho, no es raro ver a un hijra o a un sij rezando delante de la tumba del santo.
Visítelo un jueves (o un día festivo) en torno a las 18:30 horas, cuando es la hora de la oración. Este interludio intemporal en la losa iluminada de la tumba es un preámbulo perfecto para escuchar a los qawwals cantar palabras tomadas del poeta contemporáneo de Nizamuddin, Amir Khusru. Durante la representación, puede hacer lo mismo que sus vecinos y dejar caer monedas y billetes pequeños -bien merecidos- delante de los artistas. Después de mostrarle el libro con las donaciones (¡astronómicas!) de los visitantes, los guardianes -más o menos oficiales- le animarán a hacer un pequeño donativo para el mantenimiento del lugar.
Obsérvese la presencia de otras tumbas en los alrededores: la santidad de Nizamuddin animó a muchos devotos a ser enterrados junto a él. Este fue el caso del poeta Amir Khusru (1253-1324) y de la muy piadosa hija del emperador Shah Jahan, Jahanara. En nuestra opinión, también merecen una visita.