SNIPER ALLEY (SNAJPERSKA ALEJA)

Si bien los disparos de artillería podían llegar a todos los rincones de la ciudad, aquí, en esta parte de la vía rápida Zmaja od Bosne («Dragón de Bosnia», apodo de Hussein Gradaščević, jefe de la lucha contra los otomanos en el siglo XIX) es donde los habitantes temían más a los francotiradores. Porque fue en este lugar donde las posiciones del ejército de la República Serbia de Bosnia estaban más cercanas, directamente en el barrio Grbavica, en la orilla izquierda del Miljacka. Los tiradores de ambos bandos, separados solo unos pocos metros por el río, disponían de una vista sin obstáculos desde lo alto de las torres. Las inmediaciones de la calle estaban marcadas con carteles de Pazite, Snajper («¡Atención, francotirador!»). Sin embargo, los habitantes de la zona continuaron frecuentándola cruzando esta tierra de nadie para recoger agua en el Miljacka. A lo largo de los meses, los Cascos Azules organizaron un sistema de lanzaderas, utilizando sus vehículos blindados blancos para avanzar al paso y servir de escudo a los transeúntes.

Romeo y Julieta de Sarajevo. El 19 de mayo de 1993, Sniper Alley fue el escenario del asesinato más famoso de la historia del sitio, el de Admira Ismić y Boško Brkić, llamados los «Romeo y Julieta de Sarajevo». La joven pareja, que vivía en la parte sitiada, tenía intención de casarse. Los dos tenían 25 años, Admira era bosnio y Boško, serbia. Debido a su etnia, a Boško la buscaban las autoridades bosnias de la ciudad. Por esto, la pareja decidió abandonar Sarajevo. Gracias a sus amigos, habían conseguido que los militares de ambos bandos les dieran permiso para cruzar el Miljacka por el puente del Vrbanja (véase Puente Suada y Olga). A la hora acordada, hacia las 17 h, los dos enamorados avanzaron cogidos de la mano por la tierra de nadie. Sin embargo, apenas llegaron al puente resonaron dos disparos. Boško y Admira se derrumbaron el uno sobre el otro. Él murió en el acto. Admira fue herida mortalmente y murió diez minutos más tarde. Un testigo la describió abrazada a su amante, acariciándolo y levantando los brazos antes de dejar de moverse. Ambos bandos estaban estupefactos. Nadie quería asumir la responsabilidad de la muerte de esta hermosa pareja. Nadie quería tampoco ir a buscar los cuerpos. Finalmente, al cabo de cuatro días, los serbios enviaron a unos prisioneros a recuperarlos durante la noche. Mientras tanto, la foto de los dos cuerpos enlazados y la historia de estos enamorados fue portada en los medios de comunicación en todo el mundo y se convirtió en el símbolo del sufrimiento de Sarajevo. No hay pruebas de quién disparó a Admira y a Boško. Durante el sitio, se calcula que los disparos de los francotiradores mataron a 225 personas, incluidos 60 niños, e hirieron a más de mil.