PUENTE LATINO (LATINSKA ĆUPRIJA)

Es el puente más famoso de Sarajevo. Justo a su lado asesinaron al archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de 1914, en la calle Franz Josef (hoy Zelenih Beretki), en la orilla derecha del Miljacka. Durante sesenta años fue llamado Principov most (puente de Princip) en honor a Gavrilo Princip (1894-1918), el autor de los disparos que mataron al archiduque y a su esposa.

El puente. De 39 metros de largo, y hoy reservado a los peatones, es el segundo más antiguo de Sarajevo. Debe su nombre al viejo barrio vecino de Latinluk Frenkluk («latino francés»), que se extiende en la orilla derecha del Miljacka y donde vivía la comunidad católica. Durante un cierto tiempo, bajo la dominación otomana, llevó incluso el nombre de puente francés (Frenklik-küpru). Construido en madera en el siglo XVI, fue reconstruido con piedra en 1565. Lo destruyó la fuerte inundación del 15 de noviembre de 1791, y fue nuevamente reconstruido gracias a la financiación del rico mercader Abdulah-aga Briga en 1798, con cuatro grandes pilares, cinco arcos y dos ojos flanqueados por los dos pilares centrales. A principios del siglo XX se reacondicionó para abrirlo a la circulación de los automóviles: el espacio entre el primer pilar y la orilla izquierda se rellenó para hacerlo más resistente, y el tablero se amplió para crear un paso peatonal. Dañado durante el sitio de la ciudad en 1992-1996, fue restaurado y cerrado a la circulación después de la guerra. Cabe señalar que en las barras metálicas que refuerzan las losas de las vallas protectoras, las parejas han ido colgando recientemente sus candados del amor. Es uno de los cuatro puentes que quedan del período otomano, durante el cual se erigieron sobre el Miljacka cinco puentes de piedra y numerosos puentes de madera. Además del puente Latino, también cabe destacar el Kozja ćuprija (puente de la Cabra, de la segunda mitad del siglo XVI, a 2,5 km río arriba), el Šeher-Ćehajina ćuprija (puente del Alcalde la ciudad, de 1585, frente a la Biblioteca Nacional) y el Rimski Most (puente románico, de la primera mitad del siglo XVI, en Ilidža).

El símbolo. El puente Latino ocupa un lugar tan importante en la historia de Sarajevo que está representado en el escudo de la ciudad (un arco blanco estilizado con dos ojos en sus extremos, en la parte azul inferior). Además de su antigüedad, es sobre todo su proximidad al lugar del atentado del 28 de junio de 1914 lo que lo ha convertido en un símbolo, hoy muy controvertido. Para el tercer aniversario del atentado, el 28 de junio de 1917, se erigió un monumento en la orilla derecha, en la entrada izquierda del puente, en honor del archiduque Francisco Fernando y de su madre, María Anunciada: dos columnas de 10 m de altura con un medallón que representa a una Virgen en lamentación con un Cristo muerto. El monumento fue destruido al año siguiente, tras el colapso del Imperio austrohúngaro. Una placa conmemorativa en un soporte transparente —deliberadamente discreta— recuerda hoy aquellos hechos. El propio puente cambiaría de nombre a raíz de los acontecimientos. En 1918, Bosnia y Herzegovina es incorporada al nuevo Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (rebautizado como Reino de Yugoslavia en 1929). Gavrilo Princip es considerado un héroe de la Gran Serbia por las élites serbias que controlan el país, y el puente es rebautizado en su nombre. Durante la ocupación germano-croata (1941-1945) será conocido como puente Latino. Tras la liberación, el régimen socialista hace de Gavrilo Princip un héroe yugoslavo y vuelve a dar su nombre al puente. Pero con el ascenso de los nacionalismos después de la muerte de Tito en 1980, el puente Princip vuelve a ser un símbolo de la hegemonía serbia en el corazón de Sarajevo. En febrero de 1991, en un debate parlamentario que se transmitió directamente por la televisión yugoslava sobre la independencia de Bosnia y Herzegovina, un representante del Partido Democrático Serbio (SDS), contrario a la independencia, amenazó a sus colegas bosnios y croatas con estas palabras: «La soberanía de vuestro Estado soberano jamás pasará por el puente de Gavrilo Princip». A lo que un diputado bosnio respondió: «en la Bosnia y Herzegovina independiente, nunca un puente llevará el nombre de un terrorista». Este violento intercambio de palabras ilustra perfectamente lo que se preparaba para los meses siguientes. Sin sorpresas, el puente retomará su antiguo nombre desde los primeros días del sitio de las fuerzas bosnio-serbias, en abril de 1992.