LOVAC
Este restaurante está ubicado en una de las numerosas casas burguesas del barrio herencia del periodo austrohúngaro. El antiguo propietario era un cazador y la tradición cinegética se ha quedado, ya que es la sede de la Federación Nacional de caza desde Tito. El nombre del establecimiento (se pronuncia «lovatz») significa además «cazador» y, en invierno, se entra por el vestíbulo donde se encuentra un enorme oso pardo disecado. Como era de esperar, aquí se sirven platos de caza y otros bastante contundentes, pero muy bien preparados como el teleće pečenje ispod sača (falda de ternera cocinada bajo campana de cerámica), así como algunos platos más refinados como los klepe (raviolis con salsa agria) y los priloga (hojaldre de carne). Además de las salas con el encanto antiguo de la casa, destaca la gran terraza sombreada, abierta también el fin de semana en invierno gracias a un sistema de calefacción. Buenos vinos de los Balcanes y servicio impecable.