CATEDRAL DE SVETISJOVELI

Svetisjoveli, literalmente «columna que da vida», ha sido durante mucho tiempo la iglesia más importante del país; hoy, sigue siendo su corazón espiritual. Era también la iglesia más espaciosa, hasta la reciente construcción de la catedral de Sameba en Tiflis, que, por otra parte, levantó ampollas entre los ortodoxos conservadores. La apariencia de la catedral es única, con su piedra amarilla arenosa y su cúpula de piedra verde. Está rodeada de fortificaciones de ladrillo y piedras del siglo XVIII, construidas por Irakli II. Dos cabezas de vaca guardan la puerta principal en el pórtico suroeste. Los motivos esculpidos en las paredes exteriores son extraordinarios: fíjese en las cruces en bajorrelieve de color ocre, en la fachada noroeste con la mano sosteniendo un buril (¿la firma del arquitecto?) y, debajo, el curioso pavo real, indicativo de la proximidad de Persia. Los motivos de las mini iglesias que adornan cada uno de los caballetes del tejado también son destacables.

La iglesia está construida con una planta de cruz con cúpula, sobre la base de una basílica preexistente. Este tipo de planta se convirtió en la principal forma arquitectónica a partir de la unificación de Georgia por Bagrat III a finales del siglo X. El edificio actual fue construido en 1020 por el arquitecto Arsakidze. La primera catedral del siglo IV fue destruida en varias ocasiones, y de ella solo quedan los cimientos. La cúpula, parcialmente construida en arenisca verde, fue erigida en el siglo XVII.

El interior es igualmente notable: destaca en la nave de la derecha una pequeña capilla, una iglesia dentro de la iglesia, que aparentemente es una reproducción del Santo Sepulcro de Jerusalén, y que data del siglo XIV. Quedan pocos frescos originales, dado que los rusos —que a menudo quisieron borrar las particularidades locales— los recubrieron. El enorme rostro de Cristo en el ábside fue ejecutado por un artista ruso del siglo XIX. Los frescos medievales mejor restaurados están al fondo del crucero, en el muro oeste. En la iglesia se encuentran aún las tumbas de los reyes Vakhtang Gorgasali, Irakli II y Giorgi (Jorge) XII.

Hay también una leyenda relacionada con la catedral: un judío georgiano, Elioz, asistió a la crucifixión de Cristo. Y llevó consigo el Santo Sudario a Mtsjeta. Su hermana Sidonia se lo quitó y, víctima de una pasión de fe, sucumbió al momento. No consiguieron arrancar el Santo Sudario de las manos de la difunta, y lo enterraron con ella. Sobre esa tumba creció un árbol… Y sobre lo que sucedió a continuación existen dos versiones. Según la primera, los constructores que querían edificar la iglesia cortaron el árbol sagrado, pero este se negaba a caer. Comprendiendo el pecado, santa Nino rezó una oración y el árbol resucitó, y comenzó a florecer y a producir un aceite curativo. Según la segunda versión, los constructores querían utilizar el árbol como pilar de la iglesia. Pero el árbol se elevó por arte de magia y Santa Nino lo depositó en el suelo de nuevo con sus oraciones.