La ciudad natal de Franco se llamaba, en su época, "El Ferrol del Caudillo". Tras la muerte del "líder", pasó a llamarse Ferrol, que significa "ciudad del mar". Nada más lógico para este gran puerto de casi 68.000 habitantes, que trata de borrar discretamente la sombra del General, resaltando su arquitectura modernista y su actividad naval. Y merece la pena visitarla, especialmente por su imponente fortaleza militar del siglo XVIII, que se abre a la ría. El barrio de la Magdalena, el corazón de la ciudad, merece una visita por sus bellos edificios clasicistas con balcones de hierro forjado y galerías de cristal.Ferrol puede sorprenderle. La arquitectura modernista dejó su huella en este municipio a mediados del siglo XIX, como demuestran los numerosos edificios del centro de la ciudad, entre ellos el Mercado de Ucha (1923), una magnífica lonja junto al puerto. También merece la pena ver Exponav, una exposición permanente dedicada a la construcción naval, en el Centro Cultural y Social de la Armada (www. exponav.org). Por último, no dude en explorar los tres barrios de Ferrol: la ciudad vieja, cerca del puerto, la Magdalena, construida en el siglo XVIII para la aristocracia ferrolana, y Esteiro, el antiguo barrio obrero. En verano, los sábados y domingos se organizan visitas guiadas al barrio de la Magdalena. Por lo general, las visitas comienzan a las 11:00 horas desde la puerta del ayuntamiento.

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