Poco más de 4.100 habitantes, unas pocas calles y, sin embargo, un mito. El casco antiguo que Jean-Paul Sartre describe en La Náusea nació en el siglo VIII en torno al monasterio de Santa Juliana. Declarada monumento nacional, Santillana del Mar -que no está junto al mar- es en su totalidad un pueblo-museo que puede presumir de no tener ni una sola piedra posterior al siglo XVIII. Este pueblo medieval, considerado uno de los más bellos de España, es de una autenticidad impecable. Sólo los talleres de carpinteros, un tractor o las vacas conducidas al agua nos recuerdan que no estamos en un simple plató de cine.Santillana se puede explorar con la nariz al aire, mientras se pasea por las casas blasonadas, las calles empedradas y los pequeños patios escondidos. Además de las visitas imprescindibles, también puede visitar el Palacio de Peredo y el museo dedicado al escultor Jesús Otero. En el corazón de Santillana hay varias tiendas de artesanía tradicional y ultramarinos que venden las especialidades de la región, como salchichón de jabalí y jarrones de cerámica. A pesar del ambiente de trampa para turistas, los productos son de buena calidad.A tiro de piedra del centro del pueblo se encuentra la cueva de Altamira, "Capilla Sixtina de la Prehistoria" declarada por la UNESCO, con no menos de 150 pinturas rupestres, entre ellas bisontes y toros. Como en Lascaux, al lado se ha construido una réplica de la cueva (y un museo).

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Fotos e imágenes Santillana Del Mar

Collégiale Santa Juliana à Santillana del Mar. JavierGil1000 - iStockphoto.com
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