MUSEO ETNOGRÁFICO DE CANTABRIA

Este es un pequeño museo de tradiciones populares, injustamente ignoradas, que realmente merece la pena visitar. Se encuentra en una auténtica casa de campo del siglo XVII, revestida de hiedra y rodeada de tranquilos jardines. El interior reconstruye meticulosamente el mobiliario y los instrumentos populares utilizados en el campo en el siglo XVIII: aparador y utensilios de cocina, mesa plegable, alambique para el brandi, herramientas, rueca de lino y sorprendentes abarcas con barajones (especie de zuecos con esquís) talladas de una sola pieza. En el primer piso podrá ver las dependencias de Pedro Velarde, héroe de la resistencia antinapoleónica que nació y vivió en esta casa; el mobiliario de sus nobles antepasados sigue en su sitio.

Preste también atención a la serie de imágenes de Épinal que ilustran leyendas de la zona. Algunos de los personajes se representan en intensos colores: la Ojáncana, devoradora de niños con dientes de jabalí y enormes pechos que se echa a la espalda; el Ojáncano, cíclope de barba roja que se esconde en las montañas; el trenti, pequeño duende bromista del sotobosque hecho de follaje, musgo y raíces que, escondido entre los arbustos, tira de las enaguas de las jóvenes; o el trasgo, otro duende travieso. Cuando se oye un trueno, las abuelas aún hoy siguen exclamando: «¡Los trasgos están jugando al balón!».