CATEDRAL

Es, sin duda, el más bello de España, y es el tercero más grande después de los de Sevilla y Toledo. Esta joya gótica en forma de trasatlántico coronado con encajes de piedra se inició en 1221 por orden de Fernando III de Castilla, en los gloriosos días de la Reconquista, pero su construcción no se terminó hasta el siglo XIX. Sus cuatro lados tienen grandes puertas, cada una con su propio estilo de decoración y arquitectura. Pero la fachada principal, de 84 m de altura, es obviamente el objeto de todas las miradas: desde cualquier punto de vista, sigue siendo sorprendente con sus balcones, arcos, estatuas, su rosa central con incrustaciones de una estrella de David, conocida como el "Sello de Salomón". A la izquierda, el famoso reloj lleva dando las horas desde hace más de 600 años. Está coronada por un personaje "cómico", apodado Papamoscas o "atrapamoscas", que aparece a cada hora, abriendo y cerrando la boca.

En el interior, la catedral (tres naves y 13 capillas) se distingue por la compartimentación de su vasto espacio y por un ambiente íntimo poco común en las grandes catedrales góticas. Entre las obras maestras: la capilla del Condestable, con su altar recubierto de oro, el altar de Santa Ana y la sacristía, con el yacente del Cid, que está enterrado junto a su esposa bajo la cúpula. Destaca también el retablo mayor, obra maestra del Renacimiento español, esculpido por los hermanos Rodrigo y Martín de la Haya. En la capilla de San Juan Bautista se encuentra un museo de arte sacro.