Saint-Nectaire es algo más que el nombre de un delicioso queso, es también una bonita y pequeña ciudad marcada por la presencia de un manantial de sal y aguas termales. Fue reconocida oficialmente como ciudad balneario en 1806. La arquitectura es testigo de este suntuoso pasado. Hoy en día, los artesanos, las tiendas de productos locales, los restaurantes, los bares, el balneario y el casino animan el centro. En la parte alta de la ciudad, la iglesia perfora el cielo. Es una de las cinco iglesias más importantes de la región. El Parque del Dolmen ofrece un agradable paseo. No se vaya sin descubrir la curiosidad de la ciudad: las fuentes petrificantes.

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Fotos e imágenes Saint-Nectaire

Les Fontaines Pétrifiantes de Saint-Nectaire Jacques-Henri Bayle

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