Si China es el Imperio Medio, entonces Pekín es el medio del Imperio. Protegida por la ineludible Gran Muralla, capital de múltiples facetas, la ciudad ofrece un condensado del país y sus contradicciones. A la tradición arquitectónica de la Ciudad Prohibida (de la que habrá que perderse en el dédalo de sus 9.999 salas), de la residencia del príncipe Gong o del barrio de Shishahai responden los edificios de diseño del barrio de negocios, los malls de Sanlitun o las periféricas concéntricas de una ciudad que se ha vuelto tentacular. Unos centenares de metros bastan para pasar de la China de la dinastía Ming a la del siglo XXI. Y el corazón de la ciudad es un verdadero recorrido histórico, que permite navegar del tiempo de los emperadores al de la proclamación de la República Popular, desde la plaza de Tian'anmen al mausoleo de Mao Zedong, desde la calle de los anticuarios que propone vestigios de las dinastías y recuerdos de la Revolución Cultural hasta las torres de oficinas que recuerdan que Pekín es hoy un centro de negocios imprescindible.

 

Pekín huele a corazón en diferentes momentos como capital consumista y ciudad espiritual. Al ritmo endiablado de las noches pekinesas o del frenesí consumistas de los grandes centros comerciales hacen eco de la lentitud de los movimientos de taiji quan en los numerosos parques de la ciudad y la suavidad de vivir de los barrios populares. También habrá que pasear alrededor del lago Kunming por el Palacio de Verano, recordar las victorias chinas (y francesas) en los lugares olímpicos o admirar las obras de los artistas contemporáneos chinos en Dashanzi.

 

Pero Pekín es también un lugar destacado de la gastronomía. Los chinos están muy orgullosos de su cocina, que, según ellos, no sufre ninguna competencia. Y Pekín, que acoge a una población procedente de todos los rincones del país, ofrece efectivamente un inolvidable concentrado culinario. ¡Tanto si te gustan los bollos de fideos, las ingurgidades a la velocidad en los pequeños puestos de calles, como los preciosos banquetes de cocina imperial, Pekín ofrece un auténtico festival para las papilas!

 

Y, a la hora de ponerse en cama, la capital china posee una oferta pletórica para el visitante que busca un lugar de calidad. Entre ellas, el Novotel Beijing Sanyuan, el último nacido del grupo Accor, ofrecerá todo el confort necesario y la garantía de una estancia satisfactoria. ¡Feliz estancia en Pekín!