Guía de viaje Pináculos Desértico

El desierto de Pinnacles se encuentra a unos veinte kilómetros al sur de Cervantes. No se descubrió hasta 1960, cuando un avión realizó allí un aterrizaje forzoso. El piloto, ileso, consiguió superar el laberinto de árboles minerales y encontrar ayuda. Este descubrimiento tardío, a 2 km de la costa y a menos de 30 km de un pueblo, ilustra lo difícil que es descubrir este inmenso Estado que sigue prácticamente despoblado. Por el camino, el coche avanza a trompicones por una carretera estrecha. Luego, sin transición, un paisaje lunar se extiende hasta el infinito. Sobre un desierto de arena pálida y movediza, miles de pilares y agujas de piedra se elevan en multitud de formas, un auténtico bosque mineral que cubre 300 hectáreas. Estas formaciones verticales, muy juntas, parecen extrañamente rígidas, sobre una arena sedosa que se arruga y se eleva suavemente bajo la caricia del viento. La luz del atardecer, que cambia del rosa más suave al ocre más profundo, transforma constantemente el aspecto de los pilares. El desierto de Pinnacles ha sido utilizado como telón de fondo por fotógrafos de moda de revistas internacionales. El mejor momento para visitar Pinnacles es al amanecer o al atardecer (y tenga cuidado con los canguros en la carretera) para intensificar los colores y añadir un poco más de magia a este remoto lugar. Recorra el lugar a pie o en coche. No hay alojamiento in situ, pero Cervantes ofrece varias opciones. Numerosas excursiones organizadas por Perth.