ILIOVASILEMA

En la última parada del autobús, cuando las últimas viviendas de Ano Meria ya escasean, la cafetería restaurante Iliovasilema espera tranquilamente. ¿Esperan el cliente? Parece que no, dado que las mesas están vacías casi todo el tiempo y que los propietarios no parecen preocuparse por ello. Esperan a que se ponga el sol. Es entonces cuando la taberna toma dimensiones casi mitológicas, que le harán olvidar la cocina tradicional sin ninguna gracia particular y se embriagará con los colores que se intensifican antes de desaparecer. Durante el día, es un buen sitio donde ir a tomar un café viendo pasar el tiempo.