La forteresse Minčeta, un des lieux de décor de la série Game of Thrones © Daniel.Petras14 - Shutterstock.Com.jpg
L'escalier jésuite baroque © Viliam.M - Shutetrstock.com.jpg

Un trono de hierro en una caja de piedra

Transformando la ciudad histórica y sus barrios antiguos en una capital medieval-fantástica a veces grandiosa, a veces pútrida, la serie Juego de Tronos (2011-2019), adaptación de las obras de George R. R. Martin por David Benioff y D. B. Weiss, bien puede ser una de las razones por las que visite Dubrovnik, si no la principal. Para los no iniciados, Los Siete Reinos es un relato de fantasía que combina intrigas políticas, guerras familiares y batallas épicas en un mundo medieval donde la violencia, el sexo y el asesinato son moneda corriente. Si a esto le añadimos un cóctel explosivo de dragones y zombis, tenemos una de las series más populares de la última década. Las visitas guiadas locales e institucionalizadas recorren la ciudad a todas horas, pasando por el Arboreto de Trsteno, la Fortaleza de Minčeta y la Puerta de Pile, entre los hitos más reconocibles que aparecen en la serie. Pero también puede acudir al centro de información y recoger usted mismo los folletos de la ciudad y lanzarse a descubrir estos lugares llenos de imágenes. De este modo, podrá bajar los escalones del Gran Septuario de Baelor por la escalera barroca de los jesuitas, o subir por los senderos que conducen a la Torre de Bokar o al Fuerte Lovrijenac, admirando a sus pies la Bahía de Pile, lugares mencionados regularmente en la serie. Deténgase en el Palacio del Rector, que quizá reconozca como el palacio del Rey Especia de Qarth, con el que Daenerys Targaryen se ve obligada a negociar. Por último, termine su paseo con una puesta de sol sobre las murallas de la ciudad, e imagínese como un rey caballero o en el papel de la Madre de Dragones, según los límites de su imaginación. Los fans más acérrimos querrán hacer la excursión más allá de las murallas hasta la isla de Lokrum, cuyo monasterio es también uno de los lugares de rodaje imprescindibles para visitar durante tu estancia. Desde 2015, la cadena HBO ha donado una réplica oficial del Trono de Hierro, elemento central de la serie, al museo de la isla de Lokrum, lugar de rodaje en la localidad de Qarth. Puede que tengas la suerte de sentarte en el codiciado asiento, bajo tu propia responsabilidad..

Del teatro a la Guerra de las Galaxias

Una de las primeras películas notables rodadas en Dubrovnik fue la adaptación cinematográfica de La dama de los girasoles (1918), de un cineasta judío-húngaro poco conocido en Occidente por aquel entonces, Mihály Kertész. Unos años más tarde, emigró a Hollywood y adoptó el nombre de Michael Curtiz, antes de dirigir la que sin duda es una de las mayores obras maestras del cine estadounidense, Casablanca (1942). Después de la Segunda Guerra Mundial, rodar en Yugoslavia, que se inclinaba hacia el Este a pesar de su condición de Estado no alineado, era difícil para las producciones internacionales. A la inversa, el cine yugoslavo tuvo dificultades para exportar a Occidente. Aunque Roger Corman, especialista en películas de serie B y director de la película de culto La pequeña tienda de los horrores (1986), vino a Dubrovnik para rodar su película bélica La invasión secreta (1964). Sigue a un comando de soldados estadounidenses de dudosa reputación que tienen que infiltrarse en la fortaleza de Dubrovnik para liberar a un oficial aliado italiano. No fue hasta 1990 cuando se rodó otra película estadounidense en la ciudad, esta vez para una adaptación del Capitán América, un héroe de cómic muy conocido tanto por los aficionados al género como por el público más joven. Sin embargo, la película no tuvo tanto éxito como su remake de 2011, y la escena de la batalla final rodada en las murallas del Fuerte Lovrijenac roza el ridículo. Una rareza que merece la pena descubrir.
Desde el final de Yugoslavia y los Acuerdos de Dayton, Croacia y Dubrovnik han dado un nuevo impulso a la industria cinematográfica regional, lo que ha llevado a muchos cineastas a elegir la ciudad como escenario de su película o serie. Fue el caso de la miniserie británica Casanova (2005), que reveló el talento de David Tennant(Doctor Who, Jessica Jones), así como del octavo episodio de la saga Star Wars, Los últimos Jedi, dirigido por Rian Johnson en 2017. La ciudad interpreta el papel de Canto Bight, una ciudad casino espacial donde Finn, Rose y BB-8 quedan varados en su búsqueda de apoyo contra la Primera Orden. Un año después, le tocó el turno a Robin Hood, que se instaló en Dubrovnik, en la piel de Taron Egerton(Kingsman), acompañado por Jamie Foxx. Sin embargo, la película fue un fracaso comercial y de crítica.
Al mismo tiempo, la serie Succession inició su segunda temporada con gran éxito de público y periodistas. Esta saga no tenía nada que envidiar a Juego de Tronos en cuanto a argumento, salvo que esta vez las batallas se libraban en torno a negocios bursátiles, herencias y acoso mediático. El yate alquilado por la familia Roy -un barco alemán de la vida real llamado Solandge, al parecer disponible para alquiler por la módica suma de 950.000 euros semanales- navega frente a la costa croata, con las azules aguas de las playas de Cavtat, Korčula, Mljet y Sipan, no muy lejos de la ciudad, como telón de fondo de estas intrigas.

Dónde ver películas en Dubrovnik

Una vez que haya disfrutado de todas las vistas y sonidos, es posible que sienta la tentación de darse un chapuzón en la pantalla. Hay dos grandes complejos para elegir: CinéStar y los cines de la red Kinematografi. Todos ofrecen películas nacionales e internacionales, y los cines de la red Kinematografi disponen incluso de dos pantallas al aire libre durante los meses de verano. El cine Kino Dvorane se encuentra en el sótano del Convento de Santa Clara, lo que le confiere un caché innegable a pesar de su ubicación en pleno centro de la ciudad. En cuanto a festivales, el Festival de Cine de Dubrovnik (DUFF) ofrece una amplia gama de cortometrajes para niños, tanto de animación como de acción real. Una fiesta para los ojos y la imaginación de grandes y pequeños, en esta ciudad ya de por sí mágica.