Guía de viaje Fort-Dauphin – Taolagnaro
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Fort Dauphin goza de uno de los emplazamientos más bellos del país, bordeado por un lado por la exuberante vegetación que desciende por las escarpadas laderas del Pic Saint-Louis y, por otro, por las doradas playas del océano Índico: Lokaro, Libanona, Manafiafy... Cada una de estas tres costas está bañada por el océano y goza de su propio clima. Esta ciudad de unos 60.000 habitantes, con sus casas blancas con columnas y sus fuertes rodeados de palmeras, está formada por varios barrios dispersos que evocan una época colonial pasada. El lugar más céntrico es el eje de la corniche (del panorama al fuerte), y la ciudad se divide en barrios periféricos que se extienden entre las colinas.Este destino ofrece magníficos paseos y magníficos lugares por descubrir. Contrariamente a la creencia popular, Fort Dauphin no es una ciudad minera, y su sutil encanto sigue siendo tan seductor como siempre. Es un remanso de serenidad, un lugar virgen que hay que saborear al máximo.
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