Le pont sur le bosphore. (c) Muhur-iStockphoto.com.jpg
La coulée verte le long des rives de la mer de Marmara. (c) alpaksoy - iStockphoto.com.jpg

Agua a proteger

El estrecho del Bósforo, por el que decenas de especies de peces migran cada año hacia el norte del Mar Negro, es un rico ecosistema. La especie más abundante es la anchoa. A veces se ven algunos delfines. Pero la contaminación y las prácticas pesqueras destructivas están teniendo un impacto negativo en este entorno. Cada año pasan por el Estrecho unos 60.000 barcos que vierten residuos y combustible. Además, el 38% de la industria turca se encuentra en Estambul, contaminando el aire y el agua. Durante años, estas fábricas han vertido deliberadamente sus aguas residuales al mar. Del mismo modo, durante mucho tiempo las aguas residuales de los hogares se vertían directamente en la naturaleza. Desde la década de 2010, se trata en plantas antes de su vertido. Pero estos tratamientos sólo eliminan las partículas grandes y el agua sigue sucia. No le aconsejamos que se dé un chapuzón en el canal del Bósforo, ni en el mar de Mármara, aunque algunos estambulitas lo hagan.

Un clima favorable

La región de Estambul tiene una vegetación muy similar a la mediterránea (frutales, olivos, viñedos), con un clima atemperado por la presencia del Mar Negro y la ausencia de barreras montañosas. Estas condiciones propician una gran riqueza botánica. Aquí se han registrado más de 2.000 especies de plantas. Los árboles más abundantes son robles, castaños y abedules. En las afueras de la ciudad, la provincia de Estambul alberga el Bosque de Belgrado, donde abundan los robles blancos y húngaros. En el bosque se han observado al menos 71 especies de aves y 18 de mamíferos, entre ellos lobos, chacales dorados y zorros. Sin embargo, en las zonas urbanas, aparte de los animales domésticos y los numerosos gatos callejeros, apenas se ven mamíferos.

Lugares para caminar

Estambul es una de las ciudades con menos zonas verdes: 5,98 m² per cápita, es decir, el 2,2 % de su superficie total. La calidad del aire es muy mala y se ve deteriorada por los fuertes atascos (los estambulitas pasan 157 horas al año en atascos, según el INRIX 2018 Global Traffic Scorecard) y muchos otros factores mencionados anteriormente. Al mismo tiempo, la población y el número de vehículos no dejan de crecer, lo que aumenta los atascos. No obstante, podemos observar con optimismo que desde hace varios años el municipio trabaja para mejorar las orillas del Mar de Mármara. Por ejemplo, en el distrito de Kadıköy se ha construido un corredor verde de decenas de kilómetros. El parque Caddebostan, situado en esta carretera, es muy popular entre los estambulitas. Vienen aquí a hacer picnic, correr o simplemente tumbarse en la hierba y disfrutar de las vistas.

Otro espacio verde popular es el parque Emirgan, de 470.000 metros cuadrados y uno de los mayores de la ciudad. La vista del Bósforo es sublime. Las rutas de senderismo y footing le llevarán entre pequeños lagos y una gran variedad de árboles. Si levanta la vista, es muy posible que vea algunos loros. Todos los años se celebra aquí el Festival del Tulipán.

En 2020, el proyecto Atatürk Kent Ormanı se puso en marcha como uno de los principales proyectos del nuevo municipio. Se trata de una enorme superficie de 110 hectáreas que incluye un sendero de 12 km y un lago. Da a la ciudad un verdadero soplo de aire fresco.

También puede disfrutar de los senderos del Parque Gülhane, o "Parque de la Rosaleda", uno de los más antiguos de la ciudad.

Proyectos de desarrollo impugnados

El hormigón y la contaminación son ahora a prueba de generaciones... como ilustra la apertura del nuevo aeropuerto, a finales de 2018, construido en una zona que antes era un bosque. Fue necesario talar 13 millones de árboles. Con el tiempo, se espera que pueda acoger a 200 millones de pasajeros al año en 2028. El movimiento de protesta "Plaza Taksim" de 2013 fue iniciado por ecologistas que se oponían al hormigonado del Parque Gezi, uno de los únicos espacios verdes del barrio homónimo. Aunque la movilización se extendió después a otras reivindicaciones antigubernamentales más generales, da fe del interés de la población por estas cuestiones, y el proyecto de construir un centro comercial en este emplazamiento está ahora en suspenso. Pero esto no impide que el presidente Erdoğan mantenga su muy controvertido proyecto Kanal Estambul, un colosal proyecto para construir un canal entre el Mar Negro y el Mar de Mármara con un coste de 15.000 millones de dólares. A la opinión pública no le convence este proyecto, que representaría una verdadera amenaza medioambiental. Esta protesta cuenta con el apoyo del actual alcalde de Estambul, Ekrem Imamoğlu, elegido en 2019 con un programa más progresista y ecológico que el de su predecesor. ¿Una oportunidad para cambiar el juego?