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05 Hamman Aga © Lepneva Irina - Shutterstock.com (1).jpg

Consejos prácticos

Para una sesión en el hammam, es mejor prever una estancia de al menos 1h30-2h. De este modo, te tomas tu tiempo para relajarte y olvidarte de tus preocupaciones. Si decide traer a sus hijos, debe saber que los menores de cinco años pueden quedarse con sus madres, pero a partir de esa edad tendrán que ir a la zona de hombres. Se ofrecen tratamientos adaptados a los niños que hacen hincapié en el enjabonado. Todo lo necesario para la sesión se proporciona al entrar en el hammam, pero puede traer un peine para peinarse antes de salir. Los hammam suelen estar separados en dos conjuntos: una parte dedicada a los hombres(erkek) y otra a las mujeres(kadın). En los hammams de barrio, el establecimiento se frecuenta a distintas horas. Por ello, suele haber dos entradas. Es importante acordarse de hidratarse antes y después de la sesión, ya que se suda mucho. También se recomienda no tener el estómago vacío ni demasiado lleno.

Recepción - la cámara frigorífica

Esta es la primera sala del hammam. Impresionante, tiene un techo alto y en su centro una fuente o, a veces, una pila de mármol. Los vestuarios están repartidos en varias plantas. La recepcionista se sitúa en el mostrador de recepción, presenta los distintos paquetes y sus precios, y explica el procedimiento para la sesión. Antes del primer contacto con el calor, se puede beber un té. A continuación, el visitante deberá desvestirse en un vestuario individual y conservar únicamente un bañador o ropa interior desechable (facilitados en la recepción). Las mujeres pueden llevar sólo la parte de abajo, ya que la parte de arriba tendrá que quitarse para el fregado. Mientras tanto, hombres y mujeres visten el tradicional paño Peshtemal, un taparrabos a cuadros azules o rojos. La decencia exige cubrirse las partes íntimas. Los buenos modales en el hammam exigen que las miradas sean discretas y las posturas decentes. Uno se pone chanclas para ir a la habitación de al lado.

La habitación caliente

Cubierta por una cúpula, la sala está totalmente revestida de cerámica y contra las paredes, bellos lavabos de mármol: es la sala más caliente del hammam. El calor procede de la piedra caliente central, llamada "piedra del vientre"(göbektaşı), sobre la que te tumbas y... ¡sudas! Si el calor aprieta, no dudes en echarte agua fresca por el cuerpo gracias a los vasitos. Evita permanecer en la habitación más de 20 minutos y asegúrate de no quedarte dormido. Durante la fase de sudoración, los poros de la piel se dilatan y comienza el trabajo de expulsión de toxinas y piel muerta. Sólo cuando los poros se han abierto correctamente se llama a un masajista. El masajista utiliza un guante de crin(kese) para limpiar los poros. También es excelente para la circulación. Dependiendo del tipo de hammam, este paso puede realizarse directamente sobre la piedra caliente central, cerca de un lavabo individual o en una sala aparte. Este exfoliante se realiza siempre en el mismo orden: espalda, parte posterior de las piernas, torso, parte anterior de las piernas, brazos y, por último, cara y cuello. Durante esta práctica, la piel muerta se desprende y forma mini bolitas que ruedan bajo el guante Es impresionante, pero no te preocupes, es normal y le pasa a todo el mundo (¡no significa que seas un guarro!). A continuación, continúa la limpieza: el cuerpo se cubre con una nube de espuma y se aplica un masaje relajante. Los productos utilizados para la limpieza suelen ser tradicionales, a base de aceite de oliva y de argán. Por último, la sesión termina con otro masaje tónico y muy vigoroso en la sección masculina, y otro más suave en la femenina. Estos mensajes son opcionales. Es aconsejable terminar la sesión con una ducha fría, que permitirá que los vasos sanguíneos, dilatados por el vapor, se vuelvan más firmes, esta estimulación es muy buena para la circulación.

De vuelta a la cámara frigorífica

Una vez lavados el cuerpo y el cabello, envueltos en paños de algodón, se regresa a la sala de descanso, donde se puede beber té o agua con gas. Te vistes y sueles dejar propina al masajista o masajista. Cuando te vas, tu piel está limpia y resplandeciente y tu cuerpo y tu mente se sienten más ligeros.

Los beneficios del hammam

El objetivo de este baño de vapor es relajar todos los músculos del cuerpo, ya que el hammam es el lugar de relajación por excelencia, que permite evacuar el estrés y todas las tensiones acumuladas. Se recomienda especialmente después de un esfuerzo físico para evitar agujetas. A las personas resfriadas o con sinusitis, el calor húmedo les ayudará a despejar las vías respiratorias. También ayuda a limpiar la piel y a eliminar toxinas. De hecho, en algunas ilustraciones que representan el palacio Topkapı, se puede ver al sultán siendo lavado por sus favoritos.

Hoy en día, la gente sigue yendo a los hammams, por supuesto para cuidarse, pero también para aliviar el estrés de la vida cotidiana. Las mujeres van con amigos o familiares, rara vez solas. En los baños turcos no hay marcadores sociales (¡y con razón!), así que es fácil conocer gente y entablar conversación. Hoy en día, estos edificios sobreviven gracias al sector turístico y sanitario. El hammam, intenso momento de relajación y purificación, sigue siendo una institución en Estambul y en toda Turquía. Hay hammams modernos e históricos para todos los bolsillos. El hammam de Çağaloğlu, construido bajo el sultán Mahmud I en el siglo XVIII, ha visto pasar a muchas estrellas de Hollywood. Incluso los famosos quieren experimentar esta fantasía oriental única