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Un símbolo del independentismo catalán

Si el Barça es "más que un club", es sobre todo porque siempre ha desempeñado un importante papel político en Barcelona y en toda Cataluña. Fundado en 1899, el entonces pequeño club de fútbol tardó menos de una década en entrar en política. Ya en 1908, Joan Gamper, fundador del club, acercó el Barça a los partidos catalanistas y adoptó el catalán en lugar del castellano. Poco a poco, el club se fue convirtiendo en una figura de la identidad regional, hasta que Gamper acabó apoyando la petición de autonomía de Cataluña. A partir de entonces, apoyar al Barça se convirtió en una cuestión política. Por esta razón surgió una rivalidad con el otro club de la ciudad, el Espanyol de Barcelona (Real Club Deportivo Español de Barcelona para ser exactos), un club de clase obrera que juró lealtad al Rey de España. Hoy, los pericos del Espanyol juegan en el estadio Cornellà-El Prat, con capacidad para 40.500 espectadores. La rivalidad con el Real Madrid, el "club del Rey", se convertiría en una de las cumbres del fútbol mundial. Una cumbre que se jugó en el famoso Clásico, seguido por casi tanta gente en todo el mundo como una final de la Liga de Campeones.

A lo largo de su historia, el Barça se ha opuesto a los poderes centrales de Madrid. Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), el club fue suspendido durante seis meses tras la pitada al himno español en el vetusto Estadio de los Corts. Con Franco, el presidente del club y nacionalista de izquierdas Josep Sunyol fue fusilado al comienzo de la Guerra Civil (1936). El dictador llegó a imponer como presidente a uno de sus colaboradores en 1940.

Hoy, la dimensión política del FCB es más fuerte que nunca. Además de aparecer en el escudo del club, la bandera catalana es un elemento habitual en las distintas camisetas azul y granate. Sobre todo, muchos aficionados gritan "¡Independencia! " en el segundo 14 del minuto 17 de cada partido en casa, en referencia al año del asedio de la ciudad (1714) que puso a Barcelona bajo el yugo borbónico durante la Guerra de Sucesión española. Recientemente, muchas de las principales figuras del club, desde Guardiola y Xavi hasta Piqué y Puyol, han declarado públicamente su apoyo a la causa independentista. En 120 años, nada ha cambiado realmente en las Ramblas..

Apóstol del juego bonito

Sea como fuere, el activismo político del Barça no ha impedido al club llenar su palmarés. De hecho, la institución blaugrana ha contado con algunos de los mejores tocapelotas de la historia del fútbol (Cruyff, Maradona, Romario, Ronaldo, Ronaldinho, Messi...) y quizá incluso con los dos mejores onces de la historia del fútbol de clubes. El famoso "Dream Team" del entrenador Johan Cruyff ganó cuatro campeonatos seguidos (de 1990 a 1994) y la primera Liga de Campeones de la historia de Cataluña (1992) con el famoso "tiki-taka", el juego pulido a un toque que se convertiría en la marca de fábrica del Camp Nou. Zubizarreta, Guardiola, Begiristain, Laudrup, Koeman, Stoichkov, Romario, Eusebio y el resto dejarían para siempre su huella en la historia del fútbol, convirtiendo el estadio del Barcelona en una catedral del deporte rey.

Un legado que el entrenador Pep Guardiola se propuso revivir cuando tomó las riendas del equipo catalán en el verano de 2008. Adulado por los socios incluso antes de su nombramiento, el ex centrocampista no defraudó a los aficionados del estadio. En su primera temporada, regaló a la ciudad un histórico... ¡sextuplete! Todos los títulos en juego, españoles o europeos, caerían en el regazo catalán, y el equipo de Messi, Puyol, Xavi e Iniesta castigaría al Real Madrid en el Bernabéu, con 6 goles a 2 en un espectáculo de fuegos artificiales alrededor de la Sagrada Familia en primavera. En total, durante sus cuatro años al frente del conjunto blaugrana (2008-2012), el de Santpedor levantó 14 trofeos de 19 posibles. ¡Un logro legendario!

En el Camp Nou o en la ciudad, "Olé-lé, Ola-la"

Lo que sigue era válido antes del cierre del Camp Nou por obras, y seguramente estará sujeto a cambios de aquí a la reapertura en 2026.

Con el paso de los años, el Camp Nou se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad (cerrado hasta la finalización de las obras, prevista para 2025-2026), especialmente desde que en 1984 abrió sus puertas el museo del FCB, situado en las inmediaciones. Con más de un millón de visitantes al año, el museo del Barça es sencillamente uno de los más visitados del país. Fotografías, trofeos, récords y montajes audiovisuales recorren los más de cien años de vida de la institución a lo largo de casi 3.550 m². La exposición también incluye pinturas y esculturas de ilustres artistas catalanes que se han inspirado en el deporte, como Dalí, Miró o Tàpies. Naturalmente, el recorrido continúa con la visita a las gradas del Camp Nou, construidas en 1954 sobre el antiguo Estadio de les Corts. Es un espectáculo para la vista, ya que es (si puede creerlo) el estadio más grande de Europa, y el tercero más grande del mundo, con una capacidad de casi 100.000 asientos (98.787 para ser exactos antes de las obras, y 10.000 más para 2025-2026). Durante el recorrido, podrás entrar en las entrañas del estadio, pisar el césped (un poco), visitar los vestuarios, admirar la sala de trofeos y, además de la tradicional audioguía, ahora puedes conseguir unas gafas de realidad virtual para revivir los míticos goles del club desde la grada, ¡como si estuvieras allí!

Por último, cuando llega la hora de un partido del Barça, no faltan lugares para ver a los jugadores vistiendo los colores blaugrana. En cuanto suene el silbato, podrá verlos multiplicar sus pases en un pequeño bar independentista a las afueras de la ciudad, como el Sotavent, o en un pub más tradicional cerca de las Ramblas. Entre los más populares está la Taverna de Barcelona, donde el ambiente no tiene nada que envidiar al del mayor pub irlandés de la ciudad, The George Payne, en pleno Barri Gòtic. Pero, en general, no tendrá problemas para encontrar una pantalla en cualquiera de los establecimientos de la ciudad. Una cosa es segura: cuando suene el pitido final de un Clásico o de la final de la Liga de Campeones, diríjase a la Plaça de Catalunya para cantar el "Cant du Barça ". Olé-lé, Ola-la (...) ¡Barça, Barça, Baaarçaaa!