Guía de viaje Port-Saïd

La ciudad, dedicada al jedive Mohammed Said, que ordenó su construcción conjuntamente con la Compañía del Canal de Suez, se fundó en 1859, diez años antes de que se inaugurara el canal, en una laguna artificial de tierra delimitada al oeste por lagos. La ciudad se creó principalmente para alojar a los ingenieros europeos y a la mano de obra egipcia que trabajaba en la excavación del canal (nótese que hay dos ciudades en Port-Saïd, una francesa y otra árabe), todos trabajando en la excavación del canal.Una vez terminado e inaugurado el canal, la sede de la Compañía se estableció en Ismailia. Sin embargo, la Compañía, con todo su poder sobre las ciudades del canal, siempre ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de la ciudad, construyendo y proporcionando villas, playas privadas, restaurantes y lugares de ocio, así como iglesias, todo ello en beneficio de los empleados del canal.Esta vida autárquica llegó a su punto álgido en 1956 con el "asunto del canal", como se conoció en Europa, que fue visto en Egipto como "una triple y cobarde agresión" por parte de Francia, el Reino Unido e Israel. Desde entonces, el idilio con Francia no ha vuelto a ser el mismo, para quienes lo recuerdan, como en el caso de la estatua monumental de Ferdinand de Lesseps, desencajada de su pedestal, volcada en las aguas del canal, pescada y finalmente guardada en un cobertizo (como un leitmotiv, se oye hablar de su reinstalación, que sin embargo nunca es oportuna). La susceptibilidad seguía siendo reciente, a pesar de que una Alianza Francesa tenía allí su sede. Desde el punto de vista económico, en 1902 la ciudad, convertida en zona franca, se dividió en dos; a sus puertas se instaló y desarrolló una red aduanera. Hoy en día, la zona franca ya no existe. Esto explica el desánimo de sus habitantes, que ya no ven a los clientes que acudían aquí desde todo Egipto. Sin embargo, con las subvenciones del canal, la ciudad es una de las más ricas de Egipto, después de Ismailia.Port-Saïd es un destino interesante si ya se conoce bien Egipto. Puede merecer la pena pasar aquí uno o dos días. Tómese su tiempo para pasear por el paseo marítimo (hoy degradado por interminables centros comerciales), en el barrio de Faransawi o en el más popular de El Arabi; cruce el canal en uno de los muchos transbordadores gratuitos y diríjase a Port-Fouad, donde encontrará algunas villas pequeñas y bonitas.