Ad Egyptum. Alejandría es cosmopolita desde su fundación en 332 a.C. por el gran conquistador Alejandro. Sus sucesores desarrollaron brillantemente la ciudad y la convirtieron en el principal centro de pensamiento del mundo helenístico. No fue el único faro que brilló sobre el Mediterráneo; junto con la biblioteca, esta capital fue la de las artes, un faro de luz para el mundo, gracias al encuentro de los eruditos, filósofos y teólogos de la época. La llegada de los romanos conquistadores trastornó este orden, y Egipto se convirtió en una provincia del Imperio; Cleopatra salió perdiendo al mezclar política y amor. La ciudad dejó de gozar de la misma gloria cuando Roma la suplantó. El desarrollo del cristianismo dio a Alejandría una posición históricamente privilegiada, pero la rivalidad entre las ciudades cristianas la relegó a una posición sólo superada por Jerusalén, Roma y Constantinopla. La gran Alejandría perdió definitivamente la confianza en sí misma, aunque siguió siendo la capital de Egipto hasta la conquista árabe. Entonces se durmió, durante más de mil años, y fue junto a una ciudad de provincias donde Bonaparte y Nelson libraron su batalla en Aboukir. Alejandría revivió en el siglo XIX, gracias a Mohamed Ali, que la desarrolló y la convirtió en la capital de verano del país; toda la corte se trasladaba allí en verano. El floreciente comercio con Europa dio a la pequeña ciudad árabe conocida por Bonaparte el cosmopolitismo que la ha hecho famosa hasta nuestros días. Eran tiempos felices, pero muy añorados, en los que la ciudad hablaba mil lenguas y volvía a brillar. Alejandría y sus habitantes se lanzaron al juego e imaginaron suplantar a El Cairo. La llegada de Nasser al poder devolvió a todos a la realidad política e histórica: ¡la capital no estaba en el Mediterráneo! Desde entonces, la leyenda local se ha vengado afirmando que Nasser -alejandrino de nacimiento- guardaba rencor a la ciudad el día que atentaron contra su vida. El encanto de Alejandría es vivir en el pasado, y a menudo oirá a la gente decir, en perfecto francés con "r" en negrita: "Tout va de mal en pire" ("Todo va de mal en peor"). El faro, desaparecido hace tiempo, deja una sombra persistente sobre la ciudad, que parece no haberse recuperado nunca de su decadencia. Desde los últimos años del siglo XX, la ciudad se defiende, pero no inventa nada. Se trata más bien de rehabilitar lo antiguo, lo que ya estaba allí: la Bibiloteca Alejandrina, cuya alusión a la grandeza antigua es fácil de comprender, pero que fue, en sus inicios, un instrumento de contrapoder cultural frente a El Cairo y su ministro; la cornisa, restaurada a lo largo de kilómetros y kilómetros, pero que no ha conseguido recrear el ambiente de la ciudad cosmopolita. Las excavaciones arqueológicas que "inventaron" el faro y la necrópolis dan una idea del estado de ánimo de los alejandrinos. "La ciudad de los muertos no debe interferir con la ciudad de los vivos", declaró uno de los arqueólogos franceses afincados en Alejandría. ¿Una evaluación del pasado? ¿Una valoración del presente? ¿Un deseo para el futuro? Realmente no lo sabemos. A los detractores de la modernidad, los arquitectos de los grandes proyectos de la ciudad les han dado una lección de realismo y modestia: el antiguo gobernador de la ciudad y el director de la Biblioteca de Alejandría, las dos figuras clave de los grandes proyectos, no son alejandrinos nativos. Sin embargo, supieron halagar la vanidad de la ciudad y comprendieron que ésta no podía permanecer aislada, o peor aún, enfrentarse a Egipto, sino que debía volverse hacia el mundo universal. Así fue como Alejandría se unió a los proyectos Euromed. Alex, como la llaman cariñosamente sus habitantes, se ha desarrollado, como el resto del litoral mediterráneo egipcio, teniendo que hacer frente a los efectos de una urbanización mal controlada. La cornisa, hormigonada hasta donde alcanza la vista, y la miseria que reina en algunos barrios decepcionarán sin duda a quienes esperen reencontrarse con las imágenes evocadas -y tan denostadas- por Lawrence Durrell en El cuarteto de Alejandría. Sin embargo, a lo largo de la magnífica bahía que va desde el fuerte de Qaïtbay hasta la punta Silsileh, una graciosa curva de 4 km, los edificios italianos y neoárabes siguen ahí. Sólo han envejecido un poco, eso es todo. Al igual que han arraigado las distintas comunidades extranjeras que siempre han vivido en Alejandría... Griegos, italianos, armenios y judíos no han desertado totalmente de la ciudad, pero han mantenido un perfil bajo. Alejandría, que no es más francófona que El Cairo, cultiva sin embargo en mayor medida esta singularidad. Aunque no conserven las murallas de su ciudad, los viejos alejandrinos mantienen vivo el espíritu a través de actitudes que les son propias. Hay que verlos tomando su café en las elegantes terrazas de Midan Saad Zaghloul. Parecen salidos de una fotografía en blanco y negro de los años cincuenta. Ajenos al bullicio de la calle, contemplan el mar inmutable, con un cigarrillo en la comisura de los labios. Pronto tomarán el destartalado tranvía, con Le Progrès égyptien bajo el brazo, de vuelta a su antiguo piso de Ramleh. En cuanto a la juventud de Alejandría, ocurre lo mismo que en el resto de Egipto. Ya no les importa mucho ser únicos, pero siguen siendo reacios a viajar: El Cairo les parece bárbaro, al tiempo que les atrae con sus oportunidades para salir. A menudo, son las oportunidades profesionales las que impulsan a estos jóvenes recién titulados a "exiliarse" a la capital, pero nada supera un fin de semana pasado en Agami o en el piso familiar junto al Sporting Club... Al revés, como en un perpetuo juego de espejos escurridizos. Los cairotas vienen a pasar el verano a Alejandría, o más bien a la costa norte, como se ha puesto de moda decir: la ciudad de Alejandría acoge a las poblaciones baladíes del delta del Alto Egipto, mientras que el centenar de kilómetros de costa al oeste de la ciudad congrega a los cairotas en pueblos de veraneo.

¿Qué visitar Alejandría?

¿Cuándo ir Alejandría?

¿Cuál es lamejor época para visitar Alejandría, la sublime ciudad mediterránea?

La mejor época para visitar Alejandría es la primavera, de abril a junio. El clima es suave, lejos del calor estival, con temperaturas que rondan suavemente los 20°C. También es la época en que las históricas callejuelas rebosan de color sin la afluencia de las multitudes estivales.

En septiembre y octubre, la ciudad vuelve a respirar tras la canícula. El mercurio sigue siendo agradable y los precios del alojamiento se suavizan. Visitar Alejandría durante estos meses es disfrutar de sus tranquilas playas y terrazas abiertas, bajo una suave brisa.

El invierno, de diciembre a febrero, puede ser sorprendentemente fresco y a veces lluvioso, pero es un regalo del cielo para quienes buscan evitar la temporada alta turística. Los precios son más bajos y lugares históricos como la Biblioteca de Alejandría o el fuerte de Qaitbey están menos masificados.

Cada temporada en Alejandría revela sus encantos. El Festival Internacional de Cine de Alejandría, en septiembre, por ejemplo, transforma la ciudad en un efervescente centro artístico. En marzo, las celebraciones del Día Nacional de Alejandría encarnan el alma festiva de la ciudad.

¿Cuándo ir a Alejandría? Todo depende de lo que busque. Ya sea por el clima, por su presupuesto o por acontecimientos especiales, cada época tiene su atractivo. Escuche los murmullos del Mediterráneo y elija el momento que hará que su corazón cante al ritmo de Alejandría.

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El tiempo durante el año

Alejandría, la perla del Mediterráneo, goza de un clima templado:

En la temporada alta, julio-agosto, la ciudad florece bajo un sol radiante, con temperaturas cálidas reforzadas por la brisa marina;

¿La temporada baja? Enero y febrero, cuando el clima es más suave, casi fresco por las tardes.

El clima de Alejandría es típicamente mediterráneo, suave en invierno y caluroso en verano, así que no olvide llevar un jersey cuando pasee por el paseo marítimo. Con temperaturas que oscilan entre suaves en invierno y calurosas en verano, Alejandría invita a viajar durante todo el año.

Jan.
10° / 19°
Febr.
10° / 20°
Mzo.
11° / 21°
Abril.
14° / 24°
Mayo
17° / 28°
Jun.
21° / 29°
Jul.
23° / 30°
Ag.
23° / 31°
Sept.
21° / 30°
Oct.
19° / 28°
Nov.
16° / 25°
Diciembre.
12° / 21°
Presupuesto

Alejandría es una ciudad de encanto cautivador, accesible a diversos presupuestos de viajeros. Es un destino que sabe ser generoso con las carteras modestas, sin descuidar a quienes prefieren el lujo. La moneda local es la libra egipcia. Abundan los cajeros automáticos y las oficinas de cambio, lo que facilita hacerse con la moneda local. Hay que llevar dinero en metálico a los pequeños comercios, pero hay que saber que en los establecimientos más lujosos se aceptan tarjetas de pago. La propina es una costumbre muy arraigada, y es una forma estupenda de aprovechar al máximo los servicios recibidos. Tanto si busca autenticidad económica como refinamiento confortable, Alejandría cumplirá sus expectativas.

Formalidades

Para poner rumbo a Alejandría, hay que cumplir ciertas formalidades administrativas. Los nacionales de muchos países necesitan un visado para entrar en Egipto y descubrir Alejandría. A menudo es posible obtenerlo en forma de visado electrónico antes de partir o de visado a la llegada, pero consulte siempre la información más reciente en la embajada o consulado egipcios de su país.

Alejandría, accesible a través delaeropuerto internacional de El Cairo, está a poca distancia en coche o tren. Así que prepárese para sumergirse en su cautivadora atmósfera en cuanto finalice los trámites del visado para Alejandría. La ciudad le seducirá por sus lugares históricos, como la famosa Biblioteca de Alejandría, y su paseo marítimo mediterráneo.

Para una visita sin contratiempos, es aconsejable llevar consigo una copia de sus documentos de viaje y prestar atención a las directrices locales en materia de fotografía y comportamiento en público. Con estos preparativos en la mano, Alejandría está lista para revelar sus secretos milenarios.

Salud

Cuando planifique su viaje a Alejandría, tenga en cuenta que la salud es tan importante como las atracciones turísticas. No se exigen vacunas específicas para Alejandría, pero las normas internacionales aconsejanestar al día con las vacunas habituales. Para una visita sin preocupaciones, es aconsejable consultar a un profesional de la salud para obtener consejos personalizados antes de partir.

El agua del grifo se considera potable, pero es preferible beber agua embotellada para evitar cualquier riesgo. Asegúrese de mantenerse hidratado bajo el sol egipcio y lleve consigo un botiquín de primeros auxilios, ya que más vale prevenir que curar. La prevención contra los mosquitos y el riesgo de dengue es importante: opte por ropa que le cubra, repelentes y protección doméstica. En caso de síntomas gripales, consulte a su médico sin aspirinas ni antiinflamatorios. Cuidado también con los animales venenosos (serpientes y escorpiones), y observe la higiene alimentaria para evitar enfermedades, evitando los alimentos de alto riesgo.

¿Cómo salir Alejandría? Nuestros consejos y trucos

Cuando se trata de visitas organizadas a Alejandría, es una buena idea elegir excursiones que cubran lugares de visita obligada como la Biblioteca de Alejandría, la Columna de Pompeyo y las Catacumbas de Kom el Shoqafa. Opte por excursiones que incluyan guías expertos en historia para mejorar su experiencia. A menudo, estos paquetes incluyen también visitas a los lugares sublimes menos conocidos de la ciudad, para obtener una perspectiva local más auténtica.

Consejo valioso: compruebe si las excursiones ofrecen salidas a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde para evitar las aglomeraciones, sobre todo cuando se visitan lugares populares. Compruebe también si el transporte dispone de aire acondicionado, imprescindible en el calor egipcio. Por último, algunas organizaciones ofrecen experiencias únicas, como cruceros con cena por el Mediterráneo o talleres culturales. Consulte los comentarios en Internet para elegir una compañía fiable que respete los horarios y ofrezca una buena relación calidad-precio.

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Viajar solo por Alejandría le brinda la oportunidad de descubrir la ciudad a su propio ritmo. Para disfrutar de la mejor experiencia, planifique con antelación los lugares que desea visitar, como la famosa Biblioteca de Alejandría o la Ciudadela de Qaitbay.

Es buena idea llevar un mapa fiable de la ciudad y aplicaciones de navegación para el smartphone, para orientarse y encontrar las mejores rutas. El transporte público, como tranvías y autobuses, es barato y le sumerge en la vida cotidiana de los alejandrinos, pero prepárese para la densidad y el ruido. Para una experiencia más cómoda, piense en alquilar una bicicleta o una scooter, o utilice los servicios de taxi o VTC disponibles en la ciudad.

En cuanto a la seguridad, vigile sus pertenencias y manténgase alerta, sobre todo en las zonas turísticas más concurridas. Intégrese respetando las costumbres locales, como la vestimenta conservadora, y aprenda algunas frases en árabe para facilitar la comunicación. Y, sobre todo, lleve siempre consigo los números de emergencia y ladirección de su alojamiento.

Desplazarsepor Alejandría es una experiencia en sí misma. Los tranvías históricos ofrecen el encanto del viejo mundo y una forma económica de ver la ciudad, aunque pueden estar abarrotados. Para mayor flexibilidad, los taxis amarillos son omnipresentes y asequibles, pero asegúrese de pedir el taxímetro o acordar un precio antes de partir. Si quiere evitar el tráfico, los paseos en coche de caballos por la cornisa ofrecen una perspectiva pintoresca, aunque más lenta. Para mayor comodidad, alquile un coche o utilice las fiables aplicaciones de coche compartido. No olvide llevar siempre cambio para pagar el transporte público y un mapa de la ciudad para facilitar la navegación.

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Fotos e imágenes Alejandría

Le long de la Corniche. Sylvain GRANDADAM
La citadelle de Qaïtbay. Sylvain GRANDADAM
Le Fort de Quïtbay, en Egypte. Elena BAKHAREVA
Le port d'Alexandrie. Zbruch - iStockphoto

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