JANQAH DEL SULTÁN FARAG IBN BARQUQ

Para encontrar la calle Farag Ibn Barquq desde los conjuntos de Qurqumas, tome el camino que los bordea y camine 500 m hacia el sur, luego gire a la izquierda. La fachada occidental es grandiosa y la disposición de los edificios es muy clara: vestíbulo, sabil y kuttabs en el primer piso, mezquita y madrasa, con los mausoleos reconocibles por las cúpulas que los cubren, el janqah de los sufíes y el jardín medicinal al fondo. Este janqa fue completado en 1411 por el sultán Ibn Farag Barquq, al que sucedió el sultán al-Muayyed, que hizo construir su mezquita en agradecimiento por su liberación de la prisión en la que había sido encarcelado por Ibn Farag Barquq.

La puerta de entrada principal, decorada con estalactitas, está adosada a un sabil y a su kuttab, cuya fina carpintería aún puede verse. El techo del vestíbulo alterna patrones geométricos rojos y blancos, al igual que las piedras utilizadas para la fachada exterior. Una reutilización del período faraónico sirve como paso de separación del corredor que conduce al patio de la mezquita; todavía se pueden ver los cartuchos y los jeroglíficos.

El patio de la mezquita está bordeado por cuatro pórticos cuyos arquitrabes están realzados con un motivo mameluco. A la izquierda está el mausoleo del Sultán Ibn Farag Barquq y uno de sus hijos. La cúpula es hermosa, y sus patrones geométricos de chevrones rojos, blancos y negros son sublimes.

Adyacente a la tumba del sultán, que aún tiene inscripciones policromas, se ha erigido una columna conmemorativa en cuya parte superior hay un jarrón tallado del que caen dos flores, aparentemente de papiro, que simbolizan al profeta Mahoma, Hasan y Hussein. A la derecha está el mausoleo de las hijas del sultán, cuya cúpula también está bellamente tallada. Los dos mausoleos están cerrados con celos de mashrabiya finamente tallados. También se nota la calidad de los vitrales que dan al interior de los mausoleos una rica luz tenue.

En el lado opuesto, una escalera de caracol lleva al kuttab norte del edificio, y más alto aún a la terraza desde la que se elevan los dos minaretes. Aquí se puede admirar el detalle de las dos cúpulas de los mausoleos, las almenas mamelucas que coronan los pórticos, y ver los tejados y minaretes de Qurqumas e Inal al norte, y de Barsbay y Qatbay al sur. Hay una rara quietud en este edificio que conduce a la meditación y el estudio, que aún es buscada por los estudiantes de Islamología.